jueves, 21 de mayo de 2015

Cargados de historia(s)


"La historia es el esfuerzo del espíritu para conseguir la libertad."
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
A pesar de las muchas alabanzas que se pudieran cantar de mi chica, no seré yo quien me extienda en tan evidentísimas virtudes que ya todo el mundo conoce de aquella que, ejem, siempre lee mi blog (sin saltarse una sola entrada) con mirada crítica, que nunca suspicaz. Me ceñiré al tema de una sola (de las muchíiiiisimas que podría enumerar) de las virtudes de salir con una mujer que no sea súbdita española, sino ciudadana francesa. Envidiable, por cierto, la condición de ostentar un estatuto de ciudadanía de una república, añado yo, que soy poco de ser subdere, ser sometido, ante alguien por un supuesto derecho dinástico emanado de una divinidad en la que tampoco creo.

Entrega de trofeos en el Gran Trail de Peñalara... ah, no, perdón, la coronación de "Napo"
Salir a correr por el campo nos permite explorar aspectos de nuestra historia que ella no conoce y que a menudo me veo obligado a investigar porque yo tampoco mucho (la de cosas que no sabemos, son frustrantemente inacabables).

Charlando el otro día sobre el nuevo ultratrail que recorre el Canal de Castilla, me vi embarcado en una disquisición no solicitada, pero tampoco firmemente rehuida... cuesta arriba, claro, que me da algo de ventaja (jejeje), sobre aquella magna obra de ingeniería civil que cruzaba la Meseta Norte. Infraestructura que pretendía facilitar el transporte de mercancías, en especial cereal, hasta el "puerto natural" de Castilla, Santander, a través de las provincias que separan el Portus Victoriae Iuliobrigensium romano de la Capital del Reino y que el tren dejó obsoleta como el caballo de hierro acabó con el Pony express y las diligencias en el Far West pero que, al contrario de lo que ocurre con nuestros amigos tradicionales, los Estados Unidos, no hemos sabido rentabilizar creando oportunamente una mitología cinematográfica alrededor de aquella época (somos, en ese aspecto de autopromocionarnos, lamentables).

Cuando digo que los Estados Unidos son nuestros amigos es porque, como decían Les Luthiers, han apoyado firmemente y sin fisuras desde su nacimiento, nuestra actual democracia... (...y, claro, a nuestra anterior dictadura también...).

De pronto repasamos nuestros trotes campo a través, cuando nos alejamos de las ciudades y encontramos "cosas" variadas, escombros, pedrolos, ruinas, restos, socabones y burejos de todo tipo y alguien que nos acompaña nos explica qué estamos viendo. Nidos de ametralladora y defensas en Rivas desde donde destriparon a morterazos los panzers nazis en la Batalla del Jarama, trincheras y bunkers donde convivieron y murieron nuestros abuelos durante casi toda la guerra en ambos bandos en toda la sierra de Guadarrama, caminos que son una carretera abandonada, sobre el trazado de una antigua calzada romana, cruzados ambos por un camino medieval cuando subimos a la Fuenfría desde Cercedilla. Las cañadas reales, los deslindes de la concentración parcelaria, los caminos de servicio del Canal de Isabel II, calzadas y miliarios romanos y otros pedruscos tirados por el campo rebosan historia y llevan, poco a poco, a la investigación, como una carta escrita por Napoleón a José I en Buitrago lleva al Venerable Maestro Arribas a recorrer la ruta que siguió de entrada a la capital del reino l'Empereur.

Un día pasas ante las ruinas de la Casa de Esquileo de Santillana, y otro estás empapándote sobre la Mesta, la transhumancia, la historia de los dos caminos que confluyen en ella desde hace miles de años (Calzada y Cañada) y quienes los han transitado. Yo siempre había pensado que para conocer la historia había que ir a las ciudades, a Berlín, a Atenas, a Estambul, y más aún a su centro histórico. Pero los alrededores, los márgenes de las de las ciudades y los grandes espacios que las separan están tan cargados de historia que salir a correr por el campo y sentir un profundo impulso de averiguar e interpretar el sentido de lo que te encuentras te acaba llevando a escarbar en busca de las huellas de los pies que por allí pisaron antes.

Tengo la teoría que el corredor de trail (de campo), y más aún el "corredor de descampado desangelado" y de caminos entre aldeas que el skyrunner que crestea saltando por encima de dos mil metros de cumbre en cumbre, es alguien que tiene la oportunidad, y a menudo la aprovecha, de aprender historia y conectar con ella. Llevar la contabilidad de los últimos milenios que explican la "cuenta de resultados" que es nuestro presente.

Un día descubres que los pedruscos sobre los que corres son los mismos que pusieron allí unos romanos hace dos mil años.
Foto: Wikipedia
El campo nos cuenta historias cuando corremos por él. Batallas y rutas comerciales, migraciones y asentamientos militares, minas de oro y plata, los dioses que se adoraban y las peregrinaciones que se hacían. Cómo funcionaba la economía y como se subsistía y malvivía a menudo. Invasores, órdenes militares, ejércitos de vencedores y vencidos, sangre, muchísima sangre empapando el suelo de cada rincón por el que salimos a correr cada día.

Escuchad las historias que nos cuenta el campo. Escuchad con atención.


La arquitectura es el testigo menos sobornable de la historia
Octavio Paz

(C) Carlos Cabanillas