martes, 30 de junio de 2015

GTP: de la Idea a la práctica

A cualquiera se le puede escapar una gilipollez...
...ahora, que el riesgo aumenta según lo gilipollas que seas.
Luis Arroyo, filósofo manchego y presidente de CxC.

La idea, por lo que me han contado, era hacer en Madrid, en la Sierra de Guadarrama, una prueba a semejanza del Ultra Trail del Mont Blanc. Crear un "ultra" que nos pillase cerca, nuestro, para poder disfrutar de todo lo que tienen que darnos nuestras queridas montañas, en un momento en el que había muy pocas pruebas similares en la Península y ninguna por el Sistema Central. Una idea que Felipe Trepariscos, una de esas voces que habíamos leído tantas veces en "los foros del atleta", materializó a través del centenario club RSEA Peñalara en 2010 y a donde muchos fuimos sin saber muy bien dónde nos metíamos mientras que voces más experimentadas cantaban prudencia. Algunas voces también cantaban cosas más feas, una especie de "fuera de aquí, no os queremos en este mundo, que es nuestro y solo nuestro", voces atragantadas de soberbia y antipáticas que el tiempo ha puesto en su sitio y que no querían que "entrásemos" en el selecto club de los ultreros algunos "paquetes"(con perdón) que estábamos deseando medirnos con un nuevo reto.

Salida del I GTP 2010, sin saber en qué nos metíamos. Me retiré en el Km. 90, la Casa de la Pesca,
con los pies como un par de pimientos fritos.
El arquetipo, el modelo, era el UTMB, la carrera de las carreras que nació en 2003 y da la vuelta al Mont Blanc siguiendo una ruta pensada para que los senderistas la transiten a lo largo de quizá siete jornadas tranquilas y que en menos de 46 horas hay que recorrer en semiautosuficiencia y en formato non-stop. Una prueba que, en principio, necesita una buena preparación específica, pero al alcance de muchos, ya que dan tiempos de corte que permite a cualquiera cumplir si anda deprisa las subidas y trota despacio los escasos llaneos y las bajadas. Si además no te duermes en los laureles cuando llegas a un avituallamiento, incluso puedes ir creando un pequeño margen para cuando te haga falta aunque tu ritmo sea el de un percherón. La dificultad, con el entrenamiento adecuado, es más bien psicológica. La capacidad de aguantar la segunda noche, resistir la tentación de quedarse en un refugio caliente en vez de salir a los fríos Alpes a seguir sufriendo durante horas y horas.

II GTP 2011, subiendo el Reventón en buena compañía. El año que ya no se resistió la prueba y
pude terminarla, a pesar de un calor infernal.


El modelo del GTP es el UTMB.

Para Platón (hoy os cuento un poco de las ideas de Platón, pero poco, para que volváis a por más otro día), la relación entre un concepto y los objetos que caen bajo su definición es la que hay entre un modelo, un arquetipo, una idea (eidos) y los objetos del mundo que son una "imitación", un reflejo, una sombra, de esa idea perfecta. Todos los perros del mundo lo son porque caen bajo el concepto del perro ideal (lo explico desde nuestro enfoque lingüístico, Platón no lo haría así). Pero además el arquetipo no es una construcción mental, sino algo que tiene existencia efectiva. Arque-tipo está compuesto por la palabra griega que significa principio, origen, arché (αρχή) y "Typos" (τυπος), impresión (como la impresión de un tipo móvil en una hoja de papel en una imprenta). Arquetipo viene a significar "molde original", el recipiente vaciado que sirve de "canon" al metal líquido para fabricar muchas cosas iguales cuando se enfría dentro de ese recipiente. Si un montón de cubiertos de metal se parecen entre si hasta el mínimo detalle, eso permite deducir que existe un molde. Si distintos libros tienen impresos en tinta los mismos caracteres, hasta el último detalle de cada página, quizá salieron de la misma prensa.

Me gustaría pensar que en el Mundo de las ideas, el molde de los ultratrails tiene una forma que incluye cierta "suavidad" para los que corremos despacio.

Hoy vivimos en un paradigma, en un conjunto de creencias, mucho más "nominalista" y aristotélicas que considera que los "modelos ideales" pueden estar en nuestra mente, no necesariamente existir con independencia de nosotros, pero aún así quedan resquicios en la ciencia por donde se cuela el platonismo, especialmente en las matemáticas, cuando encontramos patrones que se repiten en distintos sistemas y "objetos matemáticos" que obligan tozudamente a las cosas del mundo a actuar según las leyes que les imponen.

IV GTP 2013, de escoba. No tenía ni idea que esto cansaba mucho más que participar
en el Gran Trail de Peñalara como corredor.
Desde luego para Platón, el GTP y el UTMB serían, si acaso, avatares del un "Ultratrail perfecto" que no puede existir salvo allí donde existan las ideas perfectas, que no es en este mundo en cualquier caso. Platón las situaba "más allá del cielo" (topos superuranos).

Es inevitable especular después de la carrera cómo nos habría gustado que fuese. Cómo podría mejorar, cómo debería organizarse. Es muy fácil ponerse en el lugar del organizador sin sentir la presión de "armar" todos los elementos del puzle de la mejor manera posible. Eso lo sabemos y respetamos.

Pero eso no quiere decir que no tengamos derecho a dar nuestra opinión si pensamos que la carrera ha perdido algo importante.

Los tiempos de paso de este año, en especial el de la Morcuera, eran muy exigentes. Mucha gente no los pasó y mucha gente que pasó el de las nueve de la mañana lo pasó a un alto coste que pagaría más tarde.

El GTP era una carrera que empezaba de día y daba más tiempo para pasar los primeros cortes, cada vez se va haciendo más larga, más técnica (se pasa dos veces por claveles) y con tiempos de corte más exigentes y con dos horas menos para acabar que, eso si, casi nadie necesitaba y me parece bien que hayan recortado. Doy fe que los tiempos de paso son más duros que los del Ultra Trail del Mont Blanc, el modelo original.

Fue una carrera dura. Disfrutamos muchísimo de una noche cálida y despejada que nos permitió ver incluso un meteorito cruzando el cielo mientras se quemaba con parsimonia y dejando una estela verde a su paso muy impresionante. Subiendo la Morcuera sufrimos más de lo necesario quizá por culpa de algunos calambres y, por supuesto, por unas prisas que no debían ser necesarias para una carrera para la que daban veintiocho horas para acabarla y pasamos el corte por solamente cinco minutos de margen, aunque por detrás de nosotros habíamos dejado mucha gente que estaba en buenas condiciones para acabar la carrera (y que no llegó).

La mañana nos exprimió las energías bajando a Rascafría cuando ya habíamos forzado la máquina más de lo conveniente para pasar el duro control anterior.


Nos tuvimos que conformar con 76,1 kilómetros y 4.386 D+
La subida al Reventón, como ya sabíamos, era dura y exigente por el calor, pero la triste sorpresa fue que nos dijeron, al llegar al desvío hacia la Granja, que se cerraba el control en Peñalara a las 17:30 para los corredores de la carrera de ciento quince kilómetros, algo que nos confirmó el voluntario hablando por teléfono con el responsable del control de la cima.

Esto no lo ponía en ninguna parte, caramba.

Aunque teníamos tiempo de sobra de subir a Peñalara y bajar a la Granja en tiempo para pasar el siguiente corte que figuraba en la página web, a las ocho y media, y fuerzas seguramente para acabar la carrera llegados a aquel punto, la perspectiva de subir corriendo la cresta de Claveles para pelearse con alguien que no nos iba a dejar "fichar" nos terminó de derrumbar y enfilamos hacia abajo, penosamente, el largo camino de la retirada.

Es una pena. La carrera ha puesto un listón muy alto que nos deja fuera a una gente, o nos pone unas condiciones que impiden que podamos disfrutar: Vimos menos gente que otras veces alegre, disfrutando, en grupos, charlando. Por supuesto que había. Pero también mucho "gilipollas" que ni devolvía el saludo. Pocos "finishers" y cada vez más "paleoultramegaespartanos" que van con gesto torcido y hasta dieron malas contestaciones a las voluntarias, según nos consta, en la Barranca.

Creo que hacer una carrera que deja fuera de las posibilidades de acabarla disfrutando a un porcentaje significativo de sus tradicionales corredores... es una pena. Yo creo que no se debería sacrificar eso, sino ajustar los tiempos de corte para que se puedan pasar con comodidad por parte de quien acabe la prueba en el tiempo que dan para hacerla, veintiocho horas. Eso implica al menos media hora más en el puerto de la Morcuera si la carrera empieza por la noche y flexibilizar (y no al contrario) los pasos intermedios si por razones ajenas a la voluntad de la organización, como es el caso, hay que desviar el recorrido, por ejemplo, haciendo pasar a la gente dos veces por la Cresta de Claveles.

Sabor agridulce de una carrera que hemos disfrutado mucho a pesar de la retirada en la Granja (por cierto, que grandes los Locos del Cerro, unos cracks). Que discurre por nuestros lugares de entrenamiento y que parece que elige dirigirse a otro perfil de corredor ya que el nuestro, el de los trotones, empieza a estar en peligro de extinción.

Esperaremos ansiosos poder volver a participar si las condiciones son tales que nos permita acabarla y que no sea un completo calvario hacerlo. Entrenaremos más y mejor y esperaremos con ilusión que se organice una carrera en la que se piense con más indulgencia en las personas que podríamos acabarla con un margen de veinticuatro a veintiséis horas, no pedimos mucho más.

Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro.
Platón

jueves, 25 de junio de 2015

GTP: El Gran Banquete

«El glotón es el sujeto menos estimable de la gastronomía, porque ignora su principio elemental: ¡El arte sublime de masticar!»
Honoré de Balzac
Según Robin Hood, que ha prometido escribir en algún momento sobre ello (lo esperamos con ansia viva), la vida es como un gran banquete.

La metáfora del banquete es potentísima, porque hay muchas formas de organizar y disfrutar de un banquete. Hay muchas más de arruinarlo, tanto el contenido material del mismo, la comida, como el clima necesario para celebrar. Hay muchas formas de vivir la vida y también de desperdiciarla. Por supuesto lo principal es el tener buenas o malas cartas en la partida, pero también saber valorar y disfrutar de lo que se tiene cuando se tiene. Ya decía Ferran Adrià que «Una buena sardina es mejor que una mala langosta» y una gran fuente de infelicidad en esta vida es desear lo que no se puede comprar o andar comiendo langostas en mal estado, para aparentar, en lugar de unas deliciosas sardinas.

En esta vida hay quien se atiborra de patatas fritas con ketchup y se niega a probar el sabor delicado de unas verduras a la parrilla, o que se mete entre pecho y espalda un atracón de pasta hervida con un chorro de aceite, como hacen muchos corredores antes del maratón, sin darle una oportunidad a una musaka de berenjena y calabacín rellena de espinaca, pasas y piñones. Hay ciclados de la vida que mantienen una dieta monótona a base de lechuga, pollo con arroz y tortillas de claras de huevo, al estilo de los más cachas del gimnasio macarra del barrio que imagino siguiendo las directrices de un superentrenador, tan cargado de musculosos pectorales como de prejuicios e ignorancia nutricional que "suplementa" haciendo de comercial de batidos de proteínas y esteroides anabolizantes y que probablemenete acabarán dejando el hígado de sus pupilos más graso que el de un pato de Périgord.

Foto: Wikimedia Commons
La vida o la inteligencia suelen ser desperdiciadas en recorridos y en tareas que "cuecen y no enriquecen". La diferencia está entre un arroz hervido sin sal y una paella valenciana de marisco con garrafon en su punto, entre un san jacobo precocinado y ultracongelado sumergido en aceitazo requemado en una freidora o, por el contrario, acompañarse un cachopo asturiano casero de un buen pan, de esos con la miga firme y un poco de sabor a la leña del horno en que se acaba de cocer y quizá con una belga tipo amber ale, un "pan líquido", que por esa vía entró la cerveza en la Regla Benedictina con tan excelentes resultados.

Uno de los textos más conocidos de Platón, El Banquete, no habla sobre estas cosas de alimentarse, no mucho al menos, o no de este tipo de alimentos del cuerpo, sino de lo más importante de la vida, lo que alimenta el alma. Quizá lo único importante. Aquello por lo que la vida merece ser vivida.

Aquí, Platón, aquí, unos amigos...
Si la vida es un banquete, el ingrediente imprescindible en él es el amor en todas sus facetas.

Atendiendo a la propuesta del maestro Spanjaard, que ha alcanzado ya el punto de estar horrorizado por mi absoluta falta de esfuerzo por disimular que esto es un blog sobre filosofía, por lo espeso de algunas entradas y por tener que hacer scroll con el ratón hacia abajo por la página en búsqueda de algo que haya sugerido implícitamente con el título o quizá con alguna imagen (inútil ejercicio, probe homre), después de cerciorarse de que aquí no se habla casi nunca de algo que tenga remotamente que ver con carreras, vamos a iniciar, a modo de experiencia, siguiendo una sugerencia suya, un breve ciclo sobre un autor en concreto, Platón, que vamos a denominar:


Empezando, con la excusa del Banquete, con la primera etapa productiva de Platón, el Platón "juvenil".

En esta parte de su vida y obra nuestro autor escribe la "Apología de Sócrates" y "El Baquete o de el amor" (en Griego symposion, cuya etimología es "beber juntos"). Nos encontramos con un joven filósofo fuertemente influenciado por la personalidad de su maestro Sócrates y muy afectado por haber presenciado como aquel era condenado a muerte por aquellos (la casta de la época) que pueden temer que un anciano pregunte por las calles qué son las cosas con una gran dosis de ironía. En cierta medida se ha considerado siempre que estas obras reflejan más el pensamiento socrático que las ideas que desarrollará con el tiempo el propio Platón, pero este punto es difícil de determinar porque su maestro nunca escribió ningún texto propio con el que comparar.

También es importante saber que de Platón solamente conservamos sus obras exotericas.

Si, sus obras exo-tericas, es decir, escritas "para los de fuera", para el público no iniciado. Obras que tienen un fuerte carácter divulgativo y tratan de hacer fáciles las ideas del autor a quien aún no conoce en profundidad su sistema filosófico. Lo contrario de las obras esotericas que conservamos de su discípulo Aristóteles, mucho más difíciles de leer, poco más que los apuntes internos de los discípulos más aplicados del Liceo, su escuela, llenos de vocabulario técnico "aristotélico" y en los que se da por sabido mucho para poder profundizar, desde ese punto, en cuestiones más difíciles.

Debido a ello nos es difícil precisar cuanto de Sócrates hay en Platón e incluso cuanto de Platón hay en Aristóteles, aunque la ortodoxia haya enviado un mensaje simplificado del pensamiento de este increíble trío sin el cual la historia de la humanidad hubiese sido muy diferente. En cualquier caso parece obvio que el pensamiento de Parménides y de la escuela de Pitágoras fueron una influencia determinante en el pensamiento platónico.

El platonismo será una forma de percibir el mundo que creará una tradición que va a través de los siglos, en los escritos de otros pensadores como Filón de Alejandría, Agustín de Hipona, René Descartes, Hegel... y hasta la actualidad. Mientras, otra tradición que arranca en Aristóteles y pasa por Guillermo de Ockam, David Hume y Wittgenstein, mantiene vivos los antiguos debates aunque hayan sido reformulados. Quizá ahora no se discute si existen "Ideas" de las que los objetos del mundo son reflejo, o si estas Eidos son los "Universales" que están en la Mente de Dios. Pero si se discute si para que una máquina tenga una conducta indistiguible de lo que denominamos una conducta inteligente es necesario recurrir a una "emulación" mediante Redes Neuronales Artificiales o se deben escribir las lineas de código necesarias en un lenguaje de alto nivel para después compilarlas y ejecutarlas en una máquina (coputadora) lo suficientemente potente. La discusión en juego, muchas veces depende de si concebimos el mundo con una serie de objetos dentro de él o como meras construcciones mentales de los animales humanos. Típicamente, los objetos de las matemáticas.

Aquí lo dejo por ahora. Una pildorilla para empezar, que como en la gastronomía, lo poco gusta y lo mucho cansa.

La semana que viene,... ¡hablaremos del GTP! ¡Prometido!

Fotografía: Raúl Martínez
Ciertamente, viendo la filosofía en un joven me complazco, me parece adecuado y considero que este hombre es un ser libre; por el contrario, el que no filosofa parece servil e incapaz de estimarse jamás digno de algo bello y generoso. Pero, en cambio, cuando veo a un hombre de edad que aún filosofa y que no renuncia a ello, creo, Sócrates, que este hombre debe ser azotado. Pues, domo acabo de decir, le sucede a éste, por bien dotado que esté, que pierde su condición de hombre al huir de los lugares frecuentados de la ciudad y de las asambleas donde, como dijo el poeta, los hombres se hacen ilustres, y al vivir el resto de su vida oculto en un rincón, susurrando con tres o cuatro jovenzuelos, sin decir jamás nada noble, grande y conveniente.
Platón, "Gorgias".

jueves, 18 de junio de 2015

Exámenes finales

«La verdadera bondad humana, con toda su pureza y libertad, puede ponerse en primer plano sólo cuando su receptor no tiene poder. El verdadero examen moral de la humanidad, su examen fundamental (que yace enterrado profundamente lejos de la vista) consiste en su actitud ante esos que están a su merced: los animales. Y en este sentido la humanidad ha sufrido una derrota. Una derrota tan fundamental que todas las demás provienen de ahí».
Milan Kundera
Arco de salida del Gran Trail de Peñalara. Veintisiete de junio de dos mil quince. La semana que viene.

Miras alrededor, apoyado en una columna del pasillo, cerca de la puerta cerrada del aula a punto de abrirse. Hay una chica mordiéndose las uñas, moviendo los pies involuntariamente e inconscientemente con gestos nerviosos mientras desliza su vista rápidamente sobre unos esquemas y se aísla del mundo con unos auriculares conectados al móvil. El último repaso antes del examen. Nervios. Se trata de ocupar la mente en algo hasta el momento en que empiece la prueba. En realidad, el alivio de ocupar el tiempo apenas compensa el hecho de que cuanto más repasa, más ansiedad le genera la sensación de que no ha estudiado suficiente, de que ha olvidado todo. Ayer estuvo hasta tarde, haciendo oídos sordos a los consejos de la prudencia que recomiendan descansar los últimos días y llegar frescos al momento señalado. Cuando se fue a la cama a tomar un sueño reparador, casi a las dos de la mañana, la presión de jugárselo todo a una sola carta, la activación que produce el cansancio, la información aún semidigerida dando vueltas en su cabeza... hizo que le costara dormirse. Tiene la sensación de que el despertador ha sonado apenas ha cerrado los ojos y que su madre, siempre pendiente estos días del final del curso, la ha arrojado al mundo sin piedad, con el estómago un poco revuelto por la falta de sueño y las mariposas que en él aletean y un leve dolor de cabeza y mucho sueño que convive, perfectamente, con la adrenalina propia del examen. Tan pronto como empiece a escribir se le pasará y entrará en un estado de trance creativo que le durará hasta cinco segundos después de entregar los folios escritos a la profesora.

Todo preparado para empezar la carrera
Desde la columna que está siendo sujetada al edificio por el contrafuerte que es mi persona apoyada en ella veo también, al otro lado del pasillo, grupos de gente charlando y bromeando. Hay quien se enfrenta al ejercicio aparentemente con el estado justo de tensión. Sin embargo veo al empollón diciendo que no ha estudiado y que va a suspender. Nadie le cree y él jura sinceramente que no viene preparado al examen. Nadie sabe la angustia que le supone el tener la certeza de no poder mantener el nivel de exigencia que se marca y la poca confianza que tiene en sus resultados del pasado. También está el buscavidas que va a tratar de sacar los apuntes, sin nada que perder, cree él. Hay estudiantes que dan paseos y desarrollan pequeños rituales compulsivos personales, ritos que han ido adquiriendo durante su larga vida de estudiantes, durante toda su vida en realidad. Yo también tengo mi ritual. Observo cómo se comporta la gente antes de entrar en un examen. Me distrae y relaja. No me preocupa ahora mismo demasiado la nota que pueda sacar. Lo que he he estudiado está ahí listo, en alguna parte de mi alma, dispuesto para salir y tratar de hacerlo lo mejor posible... con lo que llevo. Mucho o poco. Minutos antes del examen ya está la suerte echada. Alea jacta!

El momento se acerca. Los nervios te hacen temblar de excitación (¿o de miedo?). La carrera que es el gran desafío anual, de esas que nunca sabes si vas a poder acabar, está a una semana vista y tus recuerdos y sensaciones de estudiante extunante te asaltan. Llega el momento de recoger los resultados del esfuerzo o de pagar por los errores cometidos. De asumir, como se debe hacer siempre antes de un examen, que tienes que hacer lo que buenamente puedas con lo que llevas.

Qué gusto da aprobar 
Pero a estas alturas, después de suspender muchas veces, de repetir cursos, de dar con buenos y malos profesores y acabar por considerarme a mi mismo el último responsable de mi educación. Después de haber sido un fracasado escolar y haber abandonado los estudios para trabajar con tan solo la educación primaria finalizada en mi currículo académico, después de haberme arrancado los complejos estudiando por el placer de hacerlo, me importa ya muy poco tener un diploma si detrás de él no hay un aprendizaje que me ha enriquecido. Como me importa poco o nada el puesto en que llegue en la clasificación o si en la bolsa del corredor me dan unos calcetines de regalo. No me importa suspender e ir a septiembre cuando he estudiado y he preparado bien una asignatura. Lo importante es lo que aprendes y el esfuerzo que has hecho. Lo que te llevas es lo que has aprendido aunque no lo certifique una nota en un listado. El resultado depende muchas veces de la suerte y, siempre, lo invertido no se pierde, queda para la próxima ocasión si es necesario.

Pero ahora, toca intentarlo, toca ir a recoger la cosecha.

"Nadie educa a nadie —nadie se educa a si mismo—, los hombres se educan entre si con la mediación del mundo.".
Paulo Freire, Pedagogia do oprimido

viernes, 12 de junio de 2015

Mundos posibles

A veces estamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas.
Marcel Proust
Quince días para el Gran Trail de Peñalara y la incertidumbre se apodera de mucha gente. No solamente se preguntan qué va a ocurrir, sino también qué podrían haber hecho para llegar en el mejor estado de forma posible porque, casi siempre, se llega o corto, o pasado, o un poco "casi" lesionado, o con la incertidumbre de no haber hecho nunca algo parecido a la cita más importante del año. Pocas personas llegan con el relax de haber entrenado ni más ni menos que lo necesario y, además, saberlo.

El GTP es el acontecimiento que supone "la gran cita" para la mayoría de quienes en él participan, salvo un puñado de incalificables bestias para las que tan solo es una carrera más. Las dos preguntas que se hacen muchos de sus participantes son: ¿Y si hubiera entrenado más...? ¿Y si hubiese entrenado menos...?

El concepto de Mundo Posible lo introduce Gottfried Wilhelm Leibniz en la Teodicea como una de las posibilidades que hay en la mente de Dios. Dada su benevolencia, nunca llegaron a existir ninguno de esos mundos posibles, solamente el actual, ya que su infinita bondad le llevó a elegir el mejor de los mundos posibles.

¿Si las cosas no fuesen como son en el mundo en un solo aspecto en concreto,... cuánto tendrían que cambiar el resto de los hechos del Universo para ser solamente mínimamente distinto en eso y nada más salvo lo que sea inevitablemente necesario para la consistencia desde un punto de vista estrictamente lógico? ¿Cuál es el mundo posible más parecido al nuestro en el que algo es distinto? Cuando decimos "si hubiese ocurrido esto, entonces, no hubiese sucedido aquello" ¿No estamos postulando un mundo posible en que se cumple la condición de que es en todo idéntico al nuestro salvo por un cambio y sus consecuencias posibles o quizá inevitables?

No hay pensamientos peligrosos; el pensamiento es peligroso
Hannah Arendt
Constantemente nos planteamos mundos alternativos pero verosímiles. Nuestra mente, en su día a día, para poder simplemente seguir existiendo construye modelos que interpretan los datos que recibe a través de los sentidos. Estos modelos contienen necesariamente extrapolaciones de lo que ya sabemos y como se comporta el mundo habitualmente para hacer simulaciones de las consecuencias de nuestros actos. Ese mecanismo que nos permite imaginar coherentemente varios mundos futuros alternativos según sea que tomemos una u otra decisión, es un mecanismo que también aplicamos a nuestros deformes recuerdos para imaginar el "como pudo ser y no fue", un futurible, es decir, un presente alternativo imaginado que tiene como condición un cambio posible en el pasado (si no te hubieses lesionado en Madeira, no nos habríamos conocido en Pedrezuela...). El cómo serían las cosas si hubiesen ocurrido o no hubiesen ocurrido otros acontecimientos.

Un futurible, como realidad alternativa, es un contrafáctico. Algo opuesto siempre y necesariamente a los hechos, a lo que sucede en el mundo. Una falsedad en definitiva puesto que, por definición, se deduce a partir del supuesto de la existencia de algo inexistente, algo que nunca ocurrió. Aunque, en realidad, no es como tal una afirmación sobre el mundo, sino sobre un mundo posible en que se parte de otros supuestos distintos a los que operan en el mundo real.

Entrenando un poco para el GTP. 44 kilometritos y 2550 D+, por ejemplo,
pero en una compañía de verdadero lujo. Foto: Guti
El pudo-ser-y-no-fue y el podría-ser no se diferencian desde el punto de vista lógico a la hora de operar y razonar sobre los supuestos que tengamos. Se emplean las mismas leyes de la lógica que no han cambiado desde que Aristóteles las enunció. Simplemente, en un caso los supuestos serán la realidad (tal como creemos que es) o, por el contrario, una alternativa a la realidad (como podría haber sido). El problema no está está en el plano lógico, sino en el epistemológico. Una afirmación sobre el futuro, un vaticinio, un "mañana lloverá", hasta que no llegue mañana no es verdadero ni falso y, mañana, necesariamente una cosa y otra (mañana, si o no, lloverá). En definitiva es "verificable" o, aún mejor, es "falsable"(puede acaecer que los acontecimientos hagan el enunciado falso).

Por el contrario, en el "pudo ser y no fue", no partimos de la realidad, sino de un supuesto que no ocurrió. Una falsedad. La deducción que no es verificable, y sobre todo, no es falsable. No puede ocurrir nada en el mundo real que demuestre que estamos construyendo una patraña... algo, por otro lado, bastante habitual cuando nuestras emociones presentes reconstruyen nuestros recuerdos, cambian algún detalle que no les gusta y tratan de avanzar desde allí hacia un cielo o un infierno posible, según sea el temperamento de cada cual más o menos autodestructivo.

Nos podemos aferrar a una creencia y construir, además de nuestros recuerdos, un mundo alternativo a partir de las consecuencias de lo que no ocurrió. Cualquier mundo posible ya que, ex contradictione quodlibet, a partir de una falsedad podemos deducir cualquier mentira que queramos creer, como bien sabían los medievales al ponerle nombre en Latín a esta regla de la lógica que permite extraer, a partir de un enunciado contradictorio, cualquier otro enunciado cualquiera sea verdadero o falso.

La lógica, ese punto de encuentro entre como funciona nuestro pensamiento y como funciona el Universo.

Visto en Lisboa
Y en definitiva, cuando nos faltan datos, muy en especial, sobre lo que ocurrió en el pasado, nuestra mente trata de rellenar los huecos con la imaginación y hacer proyecciones sobre lo que ocurrió, lo que no ocurrió y lo que podría haber ocurrido. Cuando no tenemos explicaciones, nos las tratamos de inventar y aquella que nos satisface racionalmente, sea cual sea nuestro nivel de exigencia en lo que a satisfacción se refiere, la usamos como punto de partida. Es cierto que la información, por lo menos, permite detener el torbellino en que puede llegar a convertirse la mente, incapaz de dejar de buscar explicaciones, cuando no tiene una realidad, unos datos objetivos, a los que aferrarse y con los que finalmente detenerse.

Por lo tanto, como siempre, haremos lo que podamos con lo que tenemos y no pensaremos mucho en lo que podríamos haber hecho, que es un ejercicio bastante fútil, aunque ciertamente sirve como contrapeso a la insidiosa procrastinación. Esa que nos lleva a dejar para mañana lo que podríamos haber hecho hoy hasta que llega el momento... en que ya no se puede hacer nada. En nuestro caso, está todo, o casi todo, ya hecho y solamente resta descargar un poco las piernas, descansar y mantener un poco el potencial obtenido con los entrenamientos... y pasar esa potencia a acto, claro.

Hormigonando las patas por el Tubo de Cabezas de Hierro, ¡qué bien nos van a hacer falta!
Foto: Guti
Por supuesto hemos estado hablando de un mundo que no está hecho de "cosas", sino de hechos que están descritos por un conjunto máximo de enunciados tales que, si se agregase uno más, el Universo se volvería inconsistente, ya que contendría, al menos, una contradicción en él.

Bueno, creo, a lo mejor hablábamos de la preparación para el Gran Trail...
-Yo sé lo que estás pensando -dijo Tweedledum-, pero te aseguro que eso no es cierto. 
-Y si acaso lo fuera -intervino Tweedledee -, pues sería precisamente así; pero si así fue, así pudo ser; si así fuera, así podría ser; pero como no es, no es. Eso es la lógica.
Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carroll

viernes, 5 de junio de 2015

Faial Costa a Costa: Azores Trail Run 2015

Los científicos tienen a menudo una fe ingenua en que solamente con descubrir suficientes elementos de juicio acerca de un problema, de alguna manera estos hechos se organizarán en una solución completa y veraz 
Theodosius Dobzhansky
Probablemente cuando se visita una isla se siente, más que en ningún otro sitio, la poderosa vinculación entre lo geológico y lo biológico. Imaginas, por ejemplo, a los portugueses llegando a las volcánicas islas de las Azores en el siglo XV y sin encontrar ningún mamífero (ejem... tampoco ningún azor, al parecer), y contemplando la isla de Faial cubierta de una selva adaptada de este a oeste a un suelo de orogénesis cada vez más reciente según se aproximaba uno hacia la entonces no conocida Dorsal Atlántica. También piensas en Dawin, superando su agorafobia y saliendo del camarote a estudiar los pinzones de las Islas Galápagos a tiempo de ser inspirado por la carta de de un joven naturalista que le confesaba sus teorías (el verdadero descubridor de la ahora llamada Teoría Darwinista) y desarrollar sus propias ideas sobre el origen de las especies.

Pero sobre todo imaginas las placas continentales separándose y "escupiendo" islas cerca de las "juntas" como un líquido viscoso que inmediatamente se iba transformando en estéril roca y después, poco a poco, en suelo fértil lleno de plantuchas y bichillos.

Vista del mar desde el trilho que rodea una de las calderas volcánicas más espectaculares que podéis visitar.
Dos mil metros de perímetro y cuatrocientos metros de fondo


Tras una década corriendo (que no es mucho ni poco, es lo que hay) aún me queda mucho por aprender y evolucionar, sobre todo en cuestiones de técnica. Sin duda he ido sufriendo una transformación a lo largo de estos años como corredor, tanto en la zancada, la cadencia, la biomecánica... la evolución nunca se detiene. He ido gradualmente acortando el paso y mejorando otros aspectos que iba a pasar a enumerar pero que, finalmente, no voy a repasar porque: uno, seguramente os importe tanto como si he mejorado significativamente mi técnica limpiando boquerones y, dos, viendo un vídeo que han hecho del último entrenamiento de la Madrid Segovia, yo personalmente no aprecio en mi forma de desplazarme más técnica de la necesaria para arrastrame con torpeza por los caminos. Sigo siendo la escoria del trail running, con independencia de que hayan mejorado mis sensaciones. Y hasta la AZORES TRAIL RUN he ido a demostrarlo el pasado fin de semana.

Quien ya sospeche que hoy toca la Teoría de la Evolución y, de pasada, la carrera en esta isla situada a medio camino entre América y Europa... está siguiendo una buena pista, y es que ya sabéis que no se puede pasar por este site sin pagar el impuesto de una lección no solicitada de alguna cuestión filosófica.

Los corredores evolucionamos. Las carreras de montaña cambian y ello genera conflictos entre distintas visiones de hacia donde deberían evolucionar. Evolución ¿hacia dónde? Los conceptos de sentido y dirección y evolución parecen fusionados en una aleación inextricable.

Tenemos un prejuicio, un sesgo cognitivo que hace que cuando hablemos de evolución nuestra mente entienda "mejora". Entienda "sentido y dirección". Si, creo que como corredor he mejorado. Veamos... mejorar, etimológicamente, significa "ser mejor", pero mejor que.. qué ¿...que antes? Si, mejor que antes, claro y "mejor" significa "más bueno"... pero... ¡demonios! "bueno" es un concepto moral. Wittgentein haría pedazos cualquier intento de utilizarlo en un discurso científico. "Lo bueno" es el consenso de una comunidad. Es un conjunto de juicios públicos, de costumbres. Eso es lo que decide el valor moral, la bondad, de las cosas, la opinión mayoritaria.

Hay gente que veo que corre de forma más eficiente que yo, gastando menos energía y obteniendo más velocidad y rapidez y considero que eso es bueno porque es el objetivo que busco y por tanto deseo evolucionar hacia un punto (que nunca alcanzaré) que representa en mi mente un arquetipo de perfección. Correr de una manera u otra es una, en el plano personal y psicológico, "buena" o "mala" técnica de carrera. La evolución, según ese sesgo cognitivo de considerar un correr mejor que otro, es un camino, un desplazamiento lineal, siguiendo un objetivo prefijado desde lo peor a lo mejor, de lo "malo" a lo "bueno". Es algo intencional y dirigido por mi. Una noción de evolución no transferible a los ciegos mecanismos del azar y la necesidad frente a la presión ambiental que guían la evolución de las especies en el medio natural.

Gente que corre "bien", como nos gustaría correr a muchos
En el caso de las carreras de montaña, también hay direcciones hacia las que se está tratando de dirigir, "tirando" en una determinada dirección u otra por parte de (todos) los agentes interesados: corredores populares y élite, organizaciones, federaciones de montaña y atletismo, patrocinadores y empresas varias... algunos de ellos con la mejor intención... bueno... a lo mejor casi ninguno de forma totalmente inocente (tengo la impresión).

Recientemente ha salido a relucir la Teoría de la Evolución en mi entorno. También el tema de hacia dónde van las carreras de montaña, si. Amargamente nos lamentábamos, al hilo del reestreno en cines de 2001 Odisea en el Espacio, de lo mal entendida que es la Teoría de la Evolución, la piedra angular de la biología, como se suele entender como un proceso que lleva de lo "peor" a lo "mejor", como cuando se aprende poco a poco a correr y se evoluciona hacia una "mejora". Como la tratamos a menudo como si tuviese una "dirección", un sentido proporcionado desde fuera por alguien o como un motor de un coche que se dirige hacia un sitio en concreto porque un conductor va a los mandos y lleva un GPS. En esos casos se le llama al motor "Dios", si se tiene una orientación más tradicional, o "Naturaleza", si se tiene una cosmovisión, en el fondo, no muy diferente pero más moderna y New Age. Tristemente veíamos en la película como se trata la evolución como un proceso que lleva hacia nosotros, hacia la inteligencia considerada como perfección desde un punto de vista antropocentrista. No por casualidad los Jesuitas, en gran medida el consulting científico del Vaticano, consideraron antes que otras sectas cristianas la Teoría de la Evolución como perfectamente asimilable y útil al catolicismo romano, ya que la Societas Jesu nunca ha pecado (de eso no) de ingenua. Sería Dios y no una pandilla de extraterrestres de excursión el que daría una patada en el culo evolutiva a nuestros antepasados no humanos.

Menos mal que los jesuitas no se dedican al Trail running. Ya hay suficientes intereses en juego para ser un deporte que no mueve tanto dinero como el que mueve el fútbol o el baloncesto. Por otro lado suele ocurrir que se ven las más despiadadas luchas por el "poder" en los sitios donde menos poder realmente se concentra. Desde comunidades de vecinos hasta asociaciones socioculturales... Intelligentibus pauca...


Correr por la selva es muy bonico, pero se suda una barbaridad.
Equiparos, si corréis por allí, para una humedad cercana al 100%
Cambiando de tema (¿si?)... la evolución de las especies vivas es un proceso cuyos mecanismos no tienen nada que ver con la intencionalidad, con la dirección, con la bondad, con el perfeccionamiento. La gacela no compite para ser más rápida que el león, sino más veloz que la gacela de al lado cuando a las dos las persigue un predador. De hecho la mayoría de los cazadores son mucho más rápidos que sus presas y no hay competencia posible. La gacela compite con otras gacelas para ser más rápida que ellas y el león, que representa la presión ambiental, es el agente que impulsa que no sobrevivan las gacelas menos rápidas y, por tanto, selecciona, naturalmente, las veloces para la siguiente generación. Más rápidas que sus iguales, no más rápidas que sus predadores. Esto supongo que lo enseñarán el primer día en los Master of Business Administration. No sé. Ni tengo ni quiero tener un MBA. Un modelo determinado de organización de las carreras de montaña, por cierto, tendrá su competencia, no en el hokey hierba, sino en un modelo alternativo...

Uno de los errores más frecuentes es pensar que los individuos actúan en beneficio de su especie. No es cierto. Los individuos compiten entre ellos por sobrevivir (un tiempo, al menos lo suficiente para reproducirse) y ese mecanismo es uno de los motores del cambio, pero eso no quiere decir que eso sea beneficioso para la mayoría. Salvo que tengan que competir colectivamente contra otra especie por el mismo espacio. Los cambios, como sabemos, se producen al azar (muchos) y de ellos, algunos son nefastos y suponen una desventaja que hacen que sus desdichados portadores no se reproduzcan (no "pillar cacho" es lo peor... ¡y lo sabes! ¡todo bicho viviente lo sabe!) y, por tanto, el cambio producido no se transmite. Otros muchos no son significativos y simplemente se acumulan. Las cosas, perdón, los seres vivos, siempre están en cambio constante aunque no se perciba macroscópicamente. La evolución nunca se detiene (lo siento por los nostálgicos, digo por los partidarios de que hay especies que "no cambian" a través de los eones).

Finalmente, algunos cambios proporcionan alguna ventaja frente a la competencia (es decir, los otros de la misma especie y los OTROS de otras especies que compitan por el mismo nicho, pero no los, ejem, HOTROS, que actúan como comida o como comensales) y entonces sus descendientes acaban por transmitir, generación tras generación, esa aportación a una población cada vez mayor de individuos. A veces acaba produciéndose una diferenciación paulatina, una "especiación" (como entre asfalteros y trailrunners) y otras un cambio global de toda la comunidad. Ya veremos que pasa con las carrera DE y POR montaña ¿no?

Al grano. Ahora si.

Todo listo el día anterior. El pequeño ritual
obsesivo-compulsivo de cada carrera

Nos recogen a las 7:00 para ir hasta la salida. El paisaje empieza ya prometedor

El precio de la carrera, para empezar por la inscripción, es absurdamente bajo. Se entiende que está subvencionado por la administración. Son treinta y cinco euros e incluye dos generosas cenas tipo bufé con bebidas (barra libre de cerveza, ejem, en la cena postcarrera) y postres. El transporte de autobús a la salida (donde también puedes tomar un cafecinho y deliciosos bizcochos) y desde la meta hasta el punto donde te han recogido por la mañana. Una camiseta y los regalos habituales de gastronomía local. Por poco más se puede contratar una excursión para ver ballenas y golfinhos en las inmediaciones de la isla de Faial. Perfecta organización desde el brefing hasta la meta, en la playa frente al volcán dos Capelinhos, avituallamientos suficientes y completos (dulce y salado) y balizaje más que eficiente, como para poder olvidarse de la preocupación de buscar por dónde ir incluso en caso de que hubiese, que no hubo, niebla. Imposible perderse.

Un karaoke para que cantéis con los golfinhos (me encanta el nombre)
un poco para animar el día y subir el ánimo

El único obstáculo consiste en el precio del viaje ya que, inevitablemente, hay que tomar varios aviones para llegar hasta la isla. Al menos dos desde Lisboa, Oporto o (atento Luis), desde Boston o Toronto. Se pueden encontrar vuelos, sacando los billetes con tiempo, entorno a los doscientos euros. Por otro lado, un AVE a Sevilla o Barcelona, un dorsal para el maratón de una de estas ciudades y dos cenas vienen a costar un poco menos, pero no hay comparación posible. Abrid una hucha para el año que viene e inscribiros. Es ideal para parejas de corredores sin cachorros o depositados ellos antes del viaje en lugar agradable y seguro si no queréis incurrir en gastos familiares excesivos. Perfecto, solamente visto desde el punto de vista económico, para singles. Mejor en buena compañía como era el caso.

Nada más empezar la carrera nos metemos en la selva. Una selva llena de miles de macizos de hortensias, que le dan al paisaje en verano el aspecto de un gigantesco jardín natural que crece entre helechos y laurisilvas.



Hay buenas cuestas y hasta cuestones, los normales para una carrera de unos mil quinientos metros de desnivel positivo acumulado y otros tantos de bajada, repartidos en poco menos de medio centenar de kilómetros. Es menos que la mayoría de los maratones de montaña que corremos, pero más que una carrera "pistera". Para mi el equilibrio perfecto y creo que en realidad el tipo de carrera que gusta a la mayoría de los corredores, con muchos senderos, algunas pistas rápidas y tramos técnicos en los que sufrir un poco, pero no muy largos. Por supuesto la percepción individual de cada cual puede ser diferente. Hay quien considera el Zegama o el Alpino Madrileño muy "corribles" y a quien le parece técnica una bajada tendida si hay cuatro piedras tiradas. En cualquier caso las diez horas de margen que dan para acabar la carrera permiten olvidarse de las prisas y que cada cual le ponga la dureza que le apetezca al día que tiene por delante.

Y sobre todo, esta prueba tiene paisajes brutales y en especial cuando se alcanza la caldera volcánica cuya cuerda de dos kilómetros se recorre íntegramente con la boca abierta. Aparte de los primeros que van a otra cosa, es inevitable ir haciendo fotos y parándose un poco a contemplar el increíble espectáculo. Perder quince minutos en estos dos kilómetros vale la pena.

Definitivamente esto no es Guadarrama, ni Gredos, ni Pirineo, ni Tramontana...

... esto es otra cosa. Un paisaje que nos sorprende.

Jorge, un portugués que pasaba por ahí, se empeño en hacerme una foto with my wife
que esto You do not see every day.
La carrera discurre, en el sentido contrario a las agujas del reloj, entre una ladera a la derecha con unos novecientos metros de altitud sobre el nivel del cercano Océano Atlántico y a cuatrocientos metros a la izquierda sobre el fondo de la caldera. El fondo de la caldera se formó cuando el cono volcánico se derrumbó sobre si mismo y se hundió bajo su propio peso. Desde allí arriba se ve la cercana isla del Pico, de unos dos mil cuatrocientos metros de altura que arranca desde el mismo océano y que nos muestra como podría haber sido la isla de Faial antes de la hecatombe. Por un estrecho sendero en la cuerda situada entre ambas laderas del cráter discurre la prueba.

Después, la segunda mitad de la carrera. Un poco más dura de la primera a pesar de ser de bajada y tener un largo tramo de pista de arena volcánica compactada que atraviesa la zona de mayor protección medioambiental, la reserva natural, dentro del Parque. Bajadas muy escarpadas y embarradas y zonas donde las zapatillas se quedan atrapadas en el chocolate, resistiéndose a ir con nosotros hasta el final, pero también preciosos interludios de senda encerrada entre helechos y plantas subtropicales donde un sistema de acequias recoge la humedad natural de la isla para suministrar agua a sus habitantes.






Dos subidas más de las que cortan el habla, para que los cuádriceps se lleven un buen recuerdo de este día (no pain no game) y dos bajadas aún más duras para acabar, de repente, en mitad de un paisaje lunar, el de la ceniza salpicada de "metralla" en forma de piedra pómez de la erupción de 1958. Con el mar al fondo y el faro que fue abandonado cuando toda aquella parte de la isla tuvo que ser dasalojada por sus habitantes. Un deleite para el sentido de la vista, a pesar de que no nos hubiese gustado estar cerca cuando este pacífico y aparentemente muerto lugar cobro vida y el Volcán dos Capelinhos mostró toda su furia contenida. No te fíes nunca de la calmada superficie. Debajo puede haber fuerzas incontenibles esperando a explotar.


Un consejo, dejad un bañador en la bolsa del ropero. De nada.
Definitivamente, después de esta experiencia y la del año pasado en el UTSM, hay que llegar a la conclusión de que hay que hacer más visitas a Portugal. Son carreras muy bien organizadas y pensadas para que el corredor disfrute al máximo de la experiencia. Si además le añadimos que no se "suben a la parra" con los precios, no hay excusa que valga.

Força!
Ó míseros Cristãos, pela ventura,
Sois os dentes de Cadmo desparzidos,
Que uns aos outros se dão a morte dura,
Sendo todos de um ventre produzidos?
Não vedes a divina sepultura
Possuída de cães, que sempre unidos
Vos vêm tomar a vossa antiga terra,
Fazendo-se famosos pela guerra?
Camoens, Os Lusíadas