miércoles, 27 de noviembre de 2013

Un año blogeando y remontando por la vida

I amar prestar aen 
Han mathon ne nen 
Han mathon ne chae 
A han noston ned gwilith 
El Mundo ha cambiado
Lo siento en el agua
Lo siento en la tierra
Lo huelo en el aire...
(De la película La comunidad del Anillo)

Si, el mundo ha cambiado una barbaridad.

Wittgenstein, uno de mis filósofos favoritos y de los que más han configurado mi visión personal del mundo, aborda una cuestión esencial. ¿Qué es el mundo? Es un conjunto de hechos, pero, sobre todo, el mundo es "mi mundo", ningún otro. El ombliguismo en filosofía se denomina solipsismo y Wittgenstein y yo opinamos que un solipsismo bien entendido es la única filosofía posible:
"Pues lo que el solipsista quiere decir es bastante correcto; sólo que no se puede decir, sólo puede mostrarse. El mundo es mi mundo: esto se manifiesta en el hecho de que los límites de mi lenguaje (de ese lenguaje que sólo yo entiendo) significan los límites de mi mundo".
Una semana para correr el Ultra Trail de Chiva.

La carrera es una serie de subidas y bajadas, de emes y uves dobles, MWMWMW, que hacen que sea el típico perfil que no me viene mal del todo. Cierto que llega un momento en que estás harto de las bajadas, rápidas o técnicas, que en mi caso son dos cosas distintas, y estás deseando pillar una buena cuesta arriba para descansar, y que al final ya estás deseando que se acabe la subida, que no te pille un llaneo, sino una bajadita para dejarte caer y que la gravedad (esa fuerza de atracción) haga parte del trabajo por ti.

Lo normal en muchas carreras es que, como una semana esperando que llegue el viernes, empecemos cuesta arriba, pasando duramente los controles sin pensar mucho en lo que queda (lunes, martes, miércoles…Bola del Mundo, Peñalara, Cotos, Cabezas de Hierro...) y cuando llegamos al jueves, al pasar la cumbre o el punto más alto del recorrido, como a mitad de carrera y de semana, ya sea una cuesta abajo, donde se saborea en cada avituallamiento un anticipo de la entrada en meta. Cada juernes sabe un poco a fin de semana.

Si el mundo ha cambiado, cuando el mundo cambia, es sobre todo porque mi mundo ha cambiado. En los últimos doce meses yendo cuesta arriba he ido perpetrando una serie de entradas en este blog, siempre con la cabeza muy alta, no de vil soberbia, sino consecuencia del metafórico collarín al cuello de los hostiones que me he ido calzado. Pero de uno en otro golpe me ha ido ayudando el acto de descargar por aquí las ideas que rumiaba antes de que se me enquistasen en forma de acidez de estómago o de cualquier otra forma de somatización. También ha ayudado alguna bajada, alguna zona de llaneo que me ha aliviado la congestión de las piernas en el recorrido, algún repecho en el que dejar volar la mente sin tener que estar concentrado en no caerme.

Y ya veo la meta al fondo.

Paisaje draconiano en el recorrido del Gorgoroth Ultra Trail Matathon of Mordor. Creo que da 5 puntos para el UTMB.
Ha aparecido por estos lugares a menudo la expresión "como todo en esta vida" para poner de manifiesto el isomorfismo, la metáfora, para destapar la metonimia entre lo de correr y lo que nos depara la existencia humana. La vida no sé si es como una caja de bombones, como decía el Forrest ese que los graciosillos de todas partes nos citan cuando se enteran de que corremos largas distancias, pero a mi se me parece a una serie de carreras de ultrafondo y por eso desaguo por aquí lo que creo que he ido aprendiendo de correr ultradistancia y de vivir siempre con el collarín puesto aprovechando alguna excusa filosófica. Los dolores vienen y se van, las cicatrices a veces nos recuerdan una vieja herida cuando llueve... como todo en esta vida. Entrenamos y nos preparamos, lo intentamos, triunfamos o fracasamos, nos cansamos, nos motivamos, nos lesionamos, arrastramos el dolor hasta que llega la curación con el tiempo y haciendo lo que debemos con él.

Y ha pasado un año, así a lo tonto, entre leer filosofía, escribir, correr, caerse y levantarse varias veces y ver y oír la meta al fondo.

Namarië!

Entonces Bárbol se despidió de todos, uno por uno, y se inclinó lentamente tres veces y
con profundas reverencias ante Celeborn y Galadriel.
-Hacía mucho, mucho tiempo que no nos encontrábamos entre los árboles o las piedras.
A vanimar, vanimálion nostari! -dijo-. Es triste que sólo ahora, al final, hayamos vuelto a vernos. Porque el mundo está cambiando: lo siento en el agua, lo siento en la tierra, lo
huelo en el aire. 
 (Del Libro "El Retorno del Rey") 

lunes, 25 de noviembre de 2013

Mucho que leer (2)


Otra remesa de blogs ajenos que vale la pena ir siguiendo, llenos de conocimientos, de sabiduría, de aventura o de todo lo anterior.

Me lo pongo fácil hoy, me cobijo a la sombra de otros blogers y que os cuenten ellos y ellas, y me quedo con algo de su luz para mi. Eso es lo maravilloso de leer. Decía Borges que él estaba mucho más orgulloso de los libros que había leído que de los que había escrito.

Solamente me entretengo un momento en pensar en voz alta sobre el orgullo, al hilo de lo de Borges. ¿De que nos pide la sociedad que estemos orgullosos? De, por ejemplo, ser español, ser francés, cubano, catalán, chino, estadounidense, vasco o marciano... confundiendo nacionalismo y patriotismo, dos conceptos distintos en los que hay mucho interés en que haya confusión. Es absurdo estar orgulloso de algo que no has elegido. ¿Qué merito tiene ser español? ¿De cual de mis elecciones es consecuencia? Puedes amar tu tierra y no por ello sentir orgullo ninguno, en especial si te avergüenzan muchas actitudes y cosas que desearías que fuesen o hubiesen sido de otra manera. De hecho, si amas tu lugar de origen o tus tierras, que pueden ser varias, tienen que avergonzarte algunas cosas, por amor, porque no son como deberían. No puedes defender incondicinalmente un "ideal de pureza" de tu tribu que presupone, puesto que lo tuyo "ej lo mejó", que lo de otros, lo diferente, debe ser peor por lo tanto. No meramente distinto.

No se puede sentir orgullo, a mi entender, de lo que se tiene. Orgullo del coche, la casa, el "peluco" o la ropa. No salvo si los has diseñado y fabricado tú mismo (entonces si). Cuando no tiene más mérito que haberlo comprado el pasar con tu todo terreno deportivo por encima de otros conductores, torciendo el morro por encima del hombro con gesto de orgullo estúpido, es patético. Cuando "eres" del Madrid, del Atleti o del Barça, es decir, sigues incondicionalmente como si de una religión se tratase, a un conjunto de profesionales de cualquier lugar del mundo, uniformados de los mismos colores por una sociedad anónima deportiva que les paga sumas astronómicas que tú nunca verás... o crees que Dios te ha elegido para nacer en el país, la época y la familia en la que se practica la religión verdadera... entonces, sentir orgullo es demencial, un acto de borriquería e ignorancia (menos mal que las religiones promueven la humildad, eso si).

Algún punto del Camino Aragonés, 2006
Sin embargo, está mal visto (por las personas acomplejadas, claro), contar lo que se ha corrido, lo que se ha estudiado, lo que se ha leído. Todo aquello que si, es fruto del esfuerzo de mejora. Sobre eso precisamente se considera de mal gusto, a veces, "alardear". Ahí hay que pedir disculpas a algunos por haber estado trabajando y estudiando años, por haber entrenado hasta conseguir tus objetivos, haber sacrificado cosas a corto plazo para tener otras después de un tiempo. Personalmente conozco menos gente con estudios superiores o con resultados deportivos sobresalientes que no respeten a las personas que no han estudiado o estén muy por debajo de ellas en tiempos, desniveles y distancias, que personas que sienten que se les mira por encima del hombro. Normalmente, porque se interpreta cierto deje de soberbia en quien nos cuenta su suerte. Es eso sobre todo, una gran fortuna haber podido estudiar o entrenar y quien lo ha hecho lo suele saber valorar y le desea la misma suerte a los demás.

Orgulloso de lucir la camiseta de CxC
Os presento algunos blog que me siento orgulloso de haber leído y de los que sus autoras y autores se pueden sentir muy orgullosos de escribirlos por lo que nos aportan. No voy a decir que les adorna la VIRTUD de la Soberbia (intelectual), pero, siguiendo el lema ilustrado de Kant, se atreven a pensar. Lo hacen además para regalárnoslo. Sapere aude...

Nómada Ocasional 

Un clásico de los foros desde hace años, al que podemos leer no solamente crónicas de sus aventuras y pruebas de materiales, que siempre agradecemos antes de comprar, con lo caro que está todo, sino también sobre la motivación y la filosofía de esto de correr como pollos sin cabeza.

Hoy voy a regalarte el Sol

Sonia, la artesana, mezcla la luz con la que trabaja y que se colorea a través de los vidrios para alumbrar la vida, el monte y las carreras. Nos hace pensar y reflexionar con un enfoque optimista y desde lo más hondo de un corazón que se adivina muy grande. Además mezcla su blog con el formato flog y nos regala mil imágenes preciosas de vidrieras artísticas con las que ilustrar (etimológicamente, iluminar) lo que nos cuenta.

KbraloK

La kabra más loka del monte es una de esas páginas que se retuitean y se comparten a menudo por Facebook y no por casualidad. Raúl S. Lara es un enamorado de la montaña desde niño, como nos cuenta en su página y encontraréis muchos ratos de diversión en ella.

Ser13io

Inteligentísimos y a menudo provocadores post, no siempre políticamente correctos según la nomenclatura de moda para referirse a las opiniones transgresoras. Quizá no enemigo, pero no muy amigo del minimalismo, una lectura siempre enriquecedora y que da para pensar y, si no se tiene miedo a exponer las propias opiniones, para debatir. Carreras, aventuras y opiniones desde el año 2000 a vuestra entera disposición.

domingo, 17 de noviembre de 2013

No lo intentes

Lo dijo el gran Maestro, Yoda. Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes.

No, no es un "no lo intenten hacer ustedes en casa", que también. No intenten correr con mochila de cinco kilos así, de un día para otro. No a entrenamientos de cinco horas por el monte si no se ha pasado nunca de media por el parque, aunque se practiquen otros deportes, ni entrenar en ayunas sin tener un metabolismo acostumbrado a la oxidación de ácidos grasos como principal fuente de combustible... si no queréis que os recojan del suelo de cualquier parque por una lipotimia como mínimo. Y nada de hacer cuatro o cinco maratones al año para pillar "chispa" para las dos o tres carreras de más de cien kilómetros que te programas al principio de temporada... no intentéis hacerlo niños, sin la ayuda de un adulto. Petit à petit...


No. Se trata del célebre mensaje, el frustrarte mensaje de maestro cabronazo Yoda, que no te pide que lo intentes, sino que te exige que lo hagas, sin opción a la intentona. A la mierda la cultura del esfuerzo. Lo que cuentan son los resultados.

Bien, hay que entenderle, contextualizarle y releerle. Lo que dice el Maestro es, a mi me parecer, "no te boicotees", no tengas vocación de fracaso, no hagas las cosas a medias para no conseguirlas pero tener la excusa perfecta y poder decir "lo he intentado". Lo que dice Yoda es hazlo, no lo pienses, porque la razón siempre es cobarde, siempre pone excusas para ir contra lo que el corazón te pide. La razón te argumenta desde los fracasos del pasado y no deja espacio para algo nuevo y distinto. Siempre encontrarás un razonamiento que justifique el retirarte de una carrera de ultradistancia si te duelen los pies, las rodillas y el alma. Si tienes miedo de no conseguirlo.

Yoda dice "lánzate", deja que fluya, no estés pensando en el fracaso, generando profecías autocumplidas. Simplemente hazlo sin preocuparte de si va a salir bien o no. No pasa nada por fracasar, es el miedo al fracaso lo que puede llevarte a la falta de seguridad, a despertar los miedos que te impiden conseguirlo. Y, claro, como dice también el Maestro, el miedo conduce a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento.

Llevo unas cuantas retiradas consecutivas en el apretado programa que me ha salido este Otoño. Casi entraba en el plan no acabarlo todo, pero primero la Madrid Segovia, después el Quixote Maratón de Castilla la Mancha, el Trail de Bayona y la Remontada Infernal no han podido ser, de inicio a fin, como estaban previstas. Muchas carreras sin acabar en muy poco tiempo. El maestro Yoda diría quizá que lo he intentado en vez de hacerlo. Lo que no he dicho es que no se puede hacer, que yo no valgo, que yo soy así y no puedo cambiar. No me he tratado a mi mismo como incapaz de tomar la salida. Luego quizá... no sé. Callaré esa voz interior que me quiere regañar.

Mientras escribo esto siento como, lo que llamaría una antigua amiga que solía tener, un juez interno y severo diciéndome que, en el fondo, no lo hice, solamente lo intenté. Que en la Madrid Segovia podría haberme dado la vuelta e internado en la oscuridad a buscar la senda que había perdido. Que en el Quixote Maratón podría haberme puesto a andar y entrar en meta dentro de tiempo de cierre, que en el trail de Bayona quizá podría haber seguido jugándomela en las bajadas y pasar otras cuatro horas sumergido en agua fría, y en la Remontada... lo mismo, tirar para delante hasta donde hubiese podido, tomar un anti-inflamatorio y seguir a ver.

La razón, la cobarde razón me dice que no era el momento y mil motivos me da para no haber acabado una carrera de larga distancia desde el Alpino Madrileño. He hecho distancias o tiempos superiores al maratón en pruebas fallidas y entrenamientos, pero no he cruzado arcos de meta últimamente. Bueno, distancias cortas si, en el Cross de la Cuerda Larga y en la Media de Somosierra. Dos carreras que me tomé con calma y en las que disfruté de la compañía inmensamente. Además no me he sentido mal en las otras, al contrario. Fueron momentos y tengo recuerdos de ellas muy felices y agradables, de la carrera y de lo que la rodeó.

Ahora toca ir al Trail de Chiva. El último objetivo del año y la oportunidad de conseguir un gran reto en este 2013 que ya acaba.. por fin. El año que viene me gustaría volver al Ultra Trail del Mont Blanc, para lo cual tengo dos caminos. El más sencillo de los caminos consiste en calificarse obteniendo siete puntos en tres carreras escogidas por la organización con ese fin y realizadas entre 2012 y 2013. Si todo va bien serían en este caso el propio UTMB 2012, tres puntos, la Marató i Mitja 2013, dos, y en tres semanas el Trail Serra de Chiva, otros dos. Si todo va bien, por supuesto, quizá estemos escuchando los acordes de Vangelis en Chamonix a finales de agosto, una vez más.

Imágenes emocionantes del UTMB 2010

El otro camino para volver el Mont Blanc es la petite trotte à léon, si lío a dos manchegos locos a los que ya estoy tirando la caña. Desde aquí les recuerdo los avances tecnológicos en materia de chacinería que hay en los Alpes, donde incorporan no solamente nueces o pistachos al salchichón, sino queso curado.

Tres semanas para Chiva. Yo, al menos yo, lo intentaré, pero con ganas.



martes, 12 de noviembre de 2013

Mysterium Cosmographicum


"La filosofía está escrita en ese vasto libro que está siempre abierto ante nuestros ojos: 
me refiero al Universo [...]. 
Está escrito en lenguaje matemático, y las letras son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es humanamente imposible entender una sola palabra."
Galileo Galilei


Nos disponemos a tomar la salida. Yo he pillado un atasquillo a la entrada de Rivas y llego unos minutos tarde, por lo que Rafa y Joaquín ya están esperándome, haciendo el tonto y colgándolo en Facebook, claro.

Se trata de, después de estas dos veces, la ya cita anual con...

...¡LA REMONTADA INFERNAL!

Dos veces hacen ya una serie. El año que viene lo volveremos a intentar, por supuesto. El camino ya está marcado, los avituallamientos y las zonas de escapada son las suficientes y para hacer una Remontada Infernal no hace falta mucho más que prepararse físicamente y poner fecha.

Para quien pueda interesar

Son 105 kilómetros cuesta arriba, cada vez más cuesta arriba según pasan los kilómetros con algún tobogán de alivio entre El Pardo y Manzanares el Real, pero la hoja de ruta no miente. Cada punto de paso que tenemos anotado está más alto que el anterior. No sé el desnivel acumulado positivo, pero debe andar por los 3.000 metros aproximadamente.


|m/_ Juako y Rafa entre unos paréntesis de manos cornutas  _\m|

¿Qué nos atrae de estas cosas? ¿Qué nos impulsa a seguir una idea? Ya hablamos de la atracción en otra ocasión.

La atracción tiene que ver con la atención que dedicamos a algo y el entusiasmo que nos despierta, la emoción, las mariposas en el estómago como unidad de medida del atractivo a nuestros ojos de nuestro objeto de conciencia. De una idea, de un objeto material, de un proyecto, de una persona...

Se trata de la acción de atracción sobre nuestra atención de algo o alguien. La atención queda atrapada como un asteroide que entra en el pozo de gravedad de un planeta, con esa emoción de novedad, de entusiasmo y de alegría. Es, como ya dijimos, irresistible. Es, como la fuerza de la gravedad, una fuerza sin límites que hace que nuestra atención orbite entorno al objeto de conciencia, o que se estrelle contra él, quizá.

Porque de las cuatro fuerzas que gobiernan la naturaleza, la de la gravedad actúa sobre todo el Universo. Cada protón, cada mota de polvo, interactúa con el más lejano Quasar. Cada partícula con masa del Universo siente y ejerce el tirón gravitatorio sobre el resto de las partículas del Universo. En lo humano somos más parecidos a la fuerza electromagnética, que a veces atrae, a veces aleja, esto es, expulsa de su lado los objetos unos de otros como se alejan las personas cuando una de ellas toma la decisión de ser repulsiva con otra. Siempre acabamos, eso si, con gente atractiva, por necesidad lógica y no electromagnética. Las interacciones nucleares y electromagnéticas son muy fuertes, pero de corto alcance.

Por el contrario la gravedad es la más débil de las fuerzas en distancias cortas, pero solo suma, siempre suma. Directamente proporcional a la masa y, si, inversamente proporcional al cuadrado de la distancia. Los asteroides se arraciman, orbitan alrededor de planetas, ellos alrededor de soles. Los gases forman nebulosas, las estrellas galaxias y cúmulos globulares, las galaxias también se atraen entre si, y el polvo entre ellas, y la "materia oscura" indetectable pero que la teoría predice y que llena todo el Cosmos. Todo atrae a todo. Todo gira y se atrae para fascinación de quien mira al cielo. Un mysterium cosmographicum diría Kepler mientras desentrañaba el misterio con años de paciencia y bellas matemáticas.

Hexahedron.gifOctahedron.gifDodecahedron.gifIcosahedron.gif

Y las ideas, algunas, son muy atractivas. La idea siempre ha sido atravesar medio Madrid, más de media provincia, toda la ciudad capital, recorriendo el curso del río Manzanares. Es una idea simple, hasta diríamos que tonta, no lo vamos a negar:

Be simple, idiot!

Por eso la idea se ha apoderado de nuestras mentes. Por que la idea, y nosotros mismos, somos simples. Si no te gusta la idea, no estás invitado.

Salimos de Rivas, frescos como lechugas frescas, o no tanto un viernes por la tarde después de trabajar toda la semana, saludando como lo hacía Ronnie James Dio: imitando a su abuelita italiana cuando echaba males de ojo a los yankies de mediados del siglo XX después de emigrar a las Américas. Mano cornuta en ristre, desde entonces saludo y símbolo de identificación entre esa tribu rockera de los seguidores del Metal.


Kepler acabó desentrañando su mysterium. Su primera hipótesis, sin embargo, era de una enorme belleza, aunque incorrecta. Cuando aún pensaba que las órbitas de los planetas eran circulares y no elípticas, imaginaba que cada una de ellas estaba apoyada en una esfera sostenida por uno de los cinco sólidos platónicos, con el Sol en el centro.
La relación de distancia entre ellas, las matemáticas que sostenían el modelo kepleriano, guardaban relaciones isomórficas entre si con las relaciones matemáticas que se encuentran en la música. Es la tradicional idea pitagórica de que el Cosmos entero está gobernado por una armonía matemático-musical un Harmonices Mundi sobre el que algunos escuchamos claramente duras melodías de metal, riffs armonizados empleando los acordes prohibidos en la Edad Media por la norma gregoriana, para que no entrase el Diablo en la música a través de ellos, heavy metal: rápido, duro, sucio, desgarrado y guerrero.

En faena, bajo los puentes del Manzanares
Lástima que Kepler tuviese que aceptar la realidad y abandonar su teoría armónica, limpia y elegante, en favor de lo que se acabará denominando las leyes de Kepler. Un poco más sucias, con elipses en vez de círculos y esferas musicales, pero a veces, hay que dejar a Mozart y pasarse a Iron Maiden. A veces hay que cambiar planes.

Seguimos nosotros con el plan previsto, por ahora. Empezamos andando, para entrar en calor antes de romper a correr. Mejor. He traído las Asics Trabuco y los tacos no van bien por los primeros kilómetros de asfalto para salir de Rivas. Empezamos, eso si, a correr en cuanto tocamos la tierra y vamos a ritmos suaves, de más de seis minutos por kilómetro por el GR-124, pegados al rio Manzanares en su curso bajo. Temperatura perfecta, camino limpio de barro este año y ritmo cómodo, intercalando alguna caminata de vez en cuando para guardar fuerzas. Así llegamos en un suspiro al Parque lineal del Manzanares y Madrid Río.

Nos llama Raul para incorporarse en Marqués de Vadillo y nos acompaña hasta el Puente de los Franceses. No más allá porque no lleva frontal y teme que no tendrá luz para volver solo. Hubiese podido acompañarnos hasta el Pardo, ya lo sabemos para otra ocasión. Hacemos los primero treinta kilómetros en cuatro horas, media más que el año pasado, como teníamos previsto para guardar fuerzas para el tramo entre Tres Cantos y Manzanares el Real.


Una parada para cenar un poco antes de llegar a la carretera del Pardo, para que si se nos aparece el fantasma de Franco nos pille con algo en el estómago, y seguimos.

La parada nos ha sentado mal muscularmente, y sobre todo a Juaquín y a mi en los tendones de los tobillos. Nos hemos quedado fríos y se van notando los kilómetros acumulados corriendo cuesta arriba. También se va notando la edad. Es lo que tienen los ríos, van cuesta abajo y nosotros nos empeñamos en ir en la dirección contraria, atrapados por la idea simple como por la fuerza de la gravedad, como las patas de una mosca en la miel. Nos empeñamos también en mantenernos activos al mismo o mejor nivel que el año anterior año tras año. Conservo la esperanza al menos de ver que el padre de Anne Souplet ha corrido este domingo el Marathon des Alpes-Maritimes Nice-Cannes, a sus 73 años, con el viento en contra todo el recorrido lineal. Desde aquí le felicitamos y rendimos pleitesía.

Cuando lanzas una piedra lejos (o disparas un cañón, origen del interés de la investigación de la mecánica de Galileo) ésta describe una parábola y cae. Cuanto más lejos la lancemos, más larga la parábola, pero siempre caerá... o no. Si la lanzamos con la fuerza suficiente se irá por el otro lado del horizonte y aparecerá por nuestra retaguardia para caer quizá unos metros por delante de nosotros si no nos golpea en la nuca. Si la lanzamos mucho más fuerte, pasará sobre nuestras cabezas, dará dos o tres vueltas al planeta y caerá... si la enviamos lo bastante fuerte, se alejará y quedará dando vueltas, orbitando, atraída por la masa de la Tierra pero a distancia, como cuando se crea una insalvable frienzone o "espacio pagafantas" entre dos amigos/as que por no romper la amistad no rompen a otras cosas, pero tampoco se alejan con la esperanza de que uno de ellos se decida a dar el paso. Puede haber mucha atracción entre dos objetos sin que haya finalmente contacto. Mucha atención de uno en otra y de otra en uno sin que se resuelva una cita.

Me molesta un tendón del tobillo. Creo que he elegido mal el calzado, porque no me corrige suficientemente la pronación y el pié del esguince se mete mucho hacia dentro. Es precisamente el tendón que une el músculo tibial posterior con el arco plantar el que se me está inflamando. Hay días que hago barbaridades y no noto ninguna molestia y otros que con apenas, ejem, cuarenta kilómetrillos, voy hecho polvo. Creo que es por el calzado, pero tengo pendiente una visita al fisio.

Tapia del Pardo. Caminito a Tres Cantos
Desvío la atención. Es difícil desviar la atención, como es difícil sacar algo de una órbita o de un pozo de gravedad, o de una relación insana. El objeto está atrapado y es necesario que produzca el cambio, pero el dolor o la persona o el planeta no permiten escapar fácilmente.

Una opción es alcanzar la velocidad de escape. Si por ejemplo lanzamos algo a once metros por segundo en nuestra vertical, ese objeto se alejará de la Tierra sin remedio y para siempre. A más masa, mayor es la velocidad a la que se debe escapar. Hay veces que esa es la opción. Simplemente salir a la mayor velocidad posible del pozo (de gravedad).

Si el objeto está ya en órbita, es más fácil, se trata tan solo de que quede atrapado por otra fuerza mayor, que lo cambie de órbita. Puede ser la aparición incluso de un agujero negro, que tiene tal poder de atracción gravitatoria que ni tan siquiera la luz, a trescientos mil kilómetros por segundo es capaz de llegar a su velocidad de escape a partir de un punto llamado el "horizonte de sucesos". Este principio físico es explicado popularmente con una metáfora sobre manchas de moras referido a las otras atracciones humanas, demasiado humanas.

Desvio la atención del dolor, pero se impone la razón. Tengo en un mes una carrera importante que me clasificará, si la acabo en tiempo, para el Ultra Trail del Mont Blanc. Un posible objetivo para 2014. No debo hacer peligrar mi integridad física y mi entrenadora me ha dicho que me retire si es necesario.

Por tanto, a velocidad de escape muy baja, me dejo arrastrar y cambio de dirección en el punto en el que la órbita que estoy siguiendo rodeando la tapia de El Pardo entra en contacto con la órbita  de la carretera de Colmenar, en el Goloso, kilómetro 48, punto de encuentro entre ambas, donde me dejo arrastrar por la del autobús búho que va a Plaza de Castilla. Apenas un empujoncillo, una aceleración mínima y cambio de órbita, de influencia gravitacional y de dirección para volver a casa. Como un cometa errante del Cinturón de Kuiper que se ha despistado por el interior del Sistema Solar y ha quedado atrapado como una luna de Saturno.

A veces hay que abandonar, sobre todo en este deporte donde intentar seguir otros 57 kilómetros con un dolor es asegurarse una lesión y la práctica seguridad de no acabar o hacerlo para estar una larga temporada en dique seco. En eso los ultrafondistas, como los escaladores, tenemos que saber pararnos cuando no debemos avanzar y dar por buena y por feliz la jornada con lo que hemos hecho y nos llevamos en las piernas. En mi caso un entrenamiento estupendo y un rato muy agradable con los amigos.

Joaquín y Rafa ¿desayunando? en el McDonalds de Colmenar.
Luego dicen que el ultrafondo es malo para la salud.

martes, 5 de noviembre de 2013

Maratón de montaña de Bayona (Trail Trans Serra da Groba)

Este sábado 2 de noviembre tocaba ¿correr? el primer Trail Trans Serra da Groba Baiona, muy cerca de Vigo.

Metiendo tripa, en 2004
Viaje en coche al salir del trabajo el juernes antes del puente, muy cansado, pero gracias a la conversación y a que fui conduciendo solamente hasta la puesta de sol, muy llevadero y agradable. Cena tardía y de "apaño", con una  pizza y una lata de magro.

El tema de la nutrición del deportista, antes, durante y después de la carrera daría para un blog temático y me doy cuenta que no hemos abordado demasiado la cuestión a pesar de mi oscuro pasado. Quizá por ello.

Lo de comer pizza a muchos les escandalizaría, pero realmente es muy difícil encontrar alguien que no se escandalice con algún tipo de elección gastronómica, porque hay más escuelas, teorías, tendencias nutricionales y modas de las que se pueden justificar con unos criterios incluso científicamente muy laxos. Desde el partidario de la ingesta salvaje de hidratos y solo hidratos, algo de entrada imposible salvo que te alimentes de sacarosa, hasta los menos razonables de los paleodietistas, que pasan de los ayunos de varios días a los brutal breakfast de cantidades astronómicas de huevos fritos en grasa de pato con bacon y torreznos de guarnición hay todo tipo de posiciones más o menos razonables entorno a lo que se debe comer y no se debe comer.

Para empezar, un tema puramente de epistemología, esa rama de la filosofía que nos granjea tantas simpatías entre otras disciplinas científicas. La nutrición no es una ciencia. Si acaso un campo de investigación y un conjunto de tecnologías que se sirven de otras ciencias como auxiliares, incluyendo la psicología, la biología, la química, la estadística, la sociología... algunas de las cuales, a su vez, tampoco se puede decir que estén "categorialmente cerradas", sino que también hacen uso de un vocabulario tomado de distintas disciplinas.

Las investigaciones sobre nutrición chocan, por un lado, con el problema de la imposibilidad de establecer grupos experimentales y de control suficientemente precisos, por otro a los intereses de la industria alimentaria, además con modas, religiones, chauvinismos narcisistas en plan "como en Ejpaña no se come en ningún lao", postura normalmente defendida a muerte por personas poco "viajadas", posicionamientos ideológicos, gustos y disgustos personales...

Realmente asociar el vino, por ejemplo, a la salud cardiovascular es un ejemplo de casi todo lo anterior. Es cierto que el consumo moderado de vino en las comidas corresponde estadísticamente a un segmento de la población que habitualmente tiene otros hábitos saludables. Como mínimo, personas con hábitos moderados, los que sean, por lo que la variable oculta puede ser un nivel sociocultural y socioeconómico medio o alto y ser una persona moderada, que "solo" se envenena con una dosis de etanol y no con diez... es como si buscamos una correlación estadística entre esperanza de vida y consumo de pulseras de diamantes. Comprobaremos con asombro que las personas que compran pulseras de diamantes tienen más esperanza de vida que el resto de la población mundial, incluyendo todos los "parias de la tierra" y lumpenproletariat que nunca se comprarán una. Las pulseras de diamantes ¿se muestran como un instrumento eficaz contra la desnutrición y la Malaria?. Con el mismo rigor que los estudios que concluyen los beneficios del consumo de bebidas alcohólicas se puede afirmar. Si a eso añadimos que decir lo contrario, que el vino no es lo más sano del mundo en las comidas, es tomado inmediatamente como un acto antipatriótico y síntoma de ignorancia en materia nutricional.

Hacer un grupo con sujetos experimentales suficientes para una investigación en serio presenta un grave problema. No somos ratas de laboratorio. Tenemos una variabilidad genética mayor que ellas, somos más diferentes entre nosotros ya de base, pero, además, no podemos controlar el resto de las variables que influyen para hacer un grupo experimental con la misma historia nutricional, con los mismos hábitos de vida, sistemas de entrenamiento deportivo, factores de riesgo ambiental, exposición a tóxicos,... habría que pillar a 100 clones humanos y meterlos en una "jaula" desde el nacimiento hasta el momento de realizar el estudio para poder tener un mínimo control de qué es lo que está influyendo en una determinada cuestión. Aplicado al rendimiento deportivo es casi imposible establecer verdades absolutas y más sobre temas tan minúsculos como a veces se investiga o se pretende hacer una investigación, casi siempre patrocinada por "alguien".

Todo esto viene a que en nutrición no hay verdades absolutas porque, además, cada uno somos distintos para estas cosas, y que casi siempre nos movemos en el terreno del indicio, de lo verosimil y del sentido común al hacer una afirmación sobre cuestiones nutricionales. Desconfío de los iluminados de la nutrición que lo tienen todo clarísimo porque, en mi opinión, es imposible a día de hoy salvo sobre cuestiones muy básicas.

El día anterior a una carrera hay que hacer carga de hidratos, ahí va la mía:


Y es que ir a las Rías Baixas y no empujarse una mariscada es un delito. Por la noche, eso si, espagueti a la bolognesa, que no solamente de proteína vive el corremontes.

En mi opinión y por mi experiencia personal en la recuperación de esfuerzos físicos intensos un buen aporte de proteína antes y después de la carrera es fundamental, por lo que a lo anterior hay que sumar un chuletón de buey del país de un kilito que nos empujamos entre mi entrenadora y yo la noche después de la carrera.

Con patatas, claro.

Salimos con tiempo para la carrera. Yo he descansado, pero cae un chaparrón por el camino que no augura nada bueno. Me entran dudas. Mi compañera no va a tomar la salida de la caminata que se realiza en paralelo, que no se encuentra muy bien (no, no es por el marisco).

La salida genial. Un paisaje increíble, corriendo por un rompeolas junto a la ría y rodeando el impresionante parador turístico que han puesto en el castillo antes de meternos al monte. llueve (chove) un poco de vez en cuando, pero hace calor y el suelo está blando pero seguro, con algún tramo con barro que se puede correr y los típicos charcos que no merece la pena andar esquivando porque sabes que te vas a mojar los pies más pronto que tarde aunque lo intentes y te puedes calzar un resbalón tratando de hacer quiebros imposibles para no sumergir el pie.




Los primeros 10 kilómetros fáciles y "corribles"
Pero rompe a diluviar y los ríos bajan embravecidos, nos empiezan a meter por caminos que parecen cauces de riachuelos, donde hay que ir vadeando por cuestas duras a las que siguen lo que serían bajadas muy técnicas en cualquier otra carrera, pero que inundadas se hacen realmente peligrosas. Un par de calambres y un resbalón, tan solo, me alegran de haber elegido un calzado con buen agarre en mojado, mis Vasque Velocity. Si hubiese hoy calzado las Asics Trabuco ya me habría "esmorrao" (un concepto técnico).

La cosa empeora y llego al kilómetro veinte bastante agotado y frío. Me retiraría, pero me he retirado hace poco del Quixote Maratón y de la Madrid Segovia y me apetece acabar una carrera.

Después de vadear dos ríos de los que te lleva la corriente (a donde ella quiera) cambio de opinión. Llevo casi cinco kilómetros sin poder correr nada, penando y jugándomela en las bajadas a ver si recupero un poco del tiempo del que pierdo subiendo por los torrentes a tres kilómetros por hora. Pregunto en el control, bajo la ducha que cae del cielo sin piedad hace tres horas, cómo es lo que queda, si la carrera vuelve a coger algo de pista en la que, por lo menos, chapotear un amago de trote.

Agua, agua y más agua...


Pues no, lo que queda es igual o peor.

Si no se puede correr, yo me voy. No me la juego más. tengo el ultra de Chiva en un mes y quiero conseguir los dos puntos clasificatorios para el Ultra Trail del Mont Blanc. Si me desgracio por aquí va a ser imposible.

Me dicen que sin problema, que me meta en la ambulancia a esperar que pasen los últimos y que después me bajan a meta.

Hay que reconocer que fuera de fallos administrativos, que había algunos, la parte logística se la han trabajado muy bien. Avituallamientos supercompletos, frecuentes, muy, muy bien balizado todo. Voluntarios en todos los puntos peligrosos, motos de esas de cuatro ruedas por todo el recorrido, carpa en meta para los acompañantes...


Me recibe como un héroe mi escaso pero entregado público y me voy a secarme y a comer carne con patatas. Hoy tampoco era el día. Al final cuatro horas de hacer el burro por el monte y correr poco para lo que me hubiese gustado.

Pero siempre queda otra carrera después. Siempre habrá otra carrera. Otro año ya veremos si repetimos ésta o vamos hacia las cálidas tierras de Málaga donde el Maratón Jarapalos nos recibe para alegrarnos con su luz, aunque haya que cambiar el pulpo por el pejcaito frito.

Bon appetit.