jueves, 29 de mayo de 2014

CxB Corriendo por Beatriz


Como alguna gente ya sabe, el próximo 29 de agosto tomaré la salida en el Ultra Trail del Mont Blanc y, en esta ocasión, vamos a recaudar dinero para una causa solidaria. La causa es Beatriz.


Esta es Beatriz, una niña encantadora. Como lo son tantos niños y niñas de, casi, siete años, con y sin discapacidad. Beatriz nació con una enfermedad degenerativa que afecta al sistema nervioso central y que en una sociedad que aún tiene mucho camino por recorrer en materia de accesibilidad universal, se enfrentará a lo largo de su vida a muchas dificultades añadidas a las que ya nos caen en esta "remontada" que es el vivir. Pensad en todos los problemas y dificultades que tenemos las personas sin movilidad reducida y poneos por un momento en cómo las afrontaríamos con una gran discapacidad.

Podría contaros, y sería una historia muy interesante aunque no agradable, como a lo largo de la historia a las personas con discapacidad se les ha situado como ciudadanos de segunda... o de tercera, o de cuarta, o ni siquiera se les ha considerado personas en muchos casos. Casualmente e independientemente de mi relación con los Corriendo por el Campo, llevo muchos años en el el ámbito de la discapacidad física y orgánica y, por azares de la vida, como casi todo en ella, me dedico profesionalmente a trabajar dentro del movimiento asociativo que representa mayoritariamente a este colectivo y he tenido la suerte de poder investigar un poco en la historia y en la visión que ha tenido la sociedad de las personas con discapacidad a lo largo del tiempo. Quizá se acabe convirtiendo todo ello en parte de una tesis doctoral. Estamos trabajando en ello.

Os adelanto una obviedad: El dinero es fundamental.

En una sociedad democrática los derechos de ciudadanía no se limitan a poder ser elegido para un cargo público o a poder votar, a poder reunirse y asociarse, a sindicarse o a expresar libremente opiniones. Si alguien no tiene los medios mínimos para su subsistencia, si se le niega la asistencia que necesita, los medicamentos y la terapia, le están negando el derecho a la vida. Una de las funciones que debe tener el estado, por tanto (otra obviedad), es la redistribución de los impuestos de manera que no haya personas que se vean privados del derecho a la existencia, a la existencia normalizada, a la existencia digna. Además está recogido en nuestra constitución (de esto nuestro querido, aunque no respetado, presidente de CxC podría contarnos mucho, que sabe del tema "cantidá"), por lo que atender las necesidades de los ciudadanos con mayores necesidades de apoyo es simplemente cumplir con nuestra ley de mayor rango y de un respeto mínimo por los derechos humanos.

Quienes tienen la obligación de proteger a la ciudadanía están haciendo exactamente lo contrario, con recortes y con un discurso de austeridad que no les impide gastar el dinero en "rescatar" a quien no lo merece.

Por tanto, aunque la ayuda sea pequeña, aunque no podamos ayudar a todas las personas que lo necesitan y aunque eso es algo que me inquieta mucho y para lo que, la única solución que veo, es ampliar nuestra acción social como equipo (lanzo el guante a los compañeros de CxC). Vamos a echar una mano a Beatriz y a su madre. Espero que como punto de partida para otras acciones futuras que sirvan para denunciar estas situaciones y colaborar con todo el colectivo, porque esto no va de caridad, va de justicia.


¿Cómo?

Muy sencillo.

Vamos a vender cada kilómetro que corramos este año en pruebas largas, de manera que podáis comprarnos alguno por, al menos, cinco euros. Si alguien tiene la generosidad de aportar veinticinco le haremos llegar un bonito diploma.


Podéis, hacer un ingreso o transferencia en la siguiente cuenta:

ES61-2100-2191-3401-0079-8527

A la hora de hacer el ingreso o transferencia deberéis indicar, como ordenante, vuestro nombre y apellidos y como concepto, el número de móvil para enviaros por WhatsApp el km que correremos por ti seguido de, en el caso de mis kilómetros, la letra M (de Manuwar). También podéis poneros en contacto conmigo en el siguiente correo electrónico:


O podéis poneros en contacto conmigo directamente para pagarlo en metálico y os doy un recibo como el del talonario que hay arriba en recuerdo y agradecimiento por vuestra participación.

Prometemos sufrir como perros en las carreras y correr vuestro kilómetro si una lesión incapacitante no lo impide, aunque sea el 168 y todo nuestro cuerpo esté pidiendo auxilio.


jueves, 22 de mayo de 2014

Força!

Hoy copio y pego una entrada de otro blog.

Visto en Corriendo por el Campo:


Alguno se estima atrevido, cuando con otros se compara. 
Algunos creo que hubo tan discretos que no acertaron a compararse sino a sí mismos. 
El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes.

El viernes a las doce de la noche, hora de Portugal y de Canarias, es decir, a la una de la mañana, horario peninsular, del Este de la Península para ser precisos, tomé la salida en el Ultra Trail Sierra de San Mamés. Campeonato de Portugal de Ultra Trail. A veces se nos olvida, en este lado del tabique, que compartimos la casa con los vecinos occidentales. Un lugar acogedor donde buscar carreras interesantes y aprovechar para comer fantásticamente, algo muy importante para cualquier seguidor de Corriendo por el Campo.

El UTSM es una carrera de cien kilómetros de las duras, porque hay carreras de cien mil metros "blanditas", de iniciación, y otras que son un conjunto de maldades puestas en fila por una organización que sabe que, en el fondo, nos va "la marcha" y eso es lo que precisamente buscamos.

Pero antes de empezar a contar la carrera habría que aclarar, por facilitar la digestión de esta historia, cuestiones previas a la salida, para ubicarnos antes de empezar a hablar. Muchos de ustedes no me conocen. Soy "el nuevo", Manu, el que estudió en su día filosofía (decir "el filósofo" me suena arrogante, es un título reservado a Aristóteles)

Antes de empezar a hablar, en cualquier logoi, cualquier "libro" o lección,  Aristóteles comenzaba centrando el problema, viendo las opiniones y los consensos que existían al respecto: las endoxa. Hay que partir del saber común o del consenso aceptado por la sociedad mayoritariamente para hacerse mínimamente comprensible. También antes de empezar a hablar un alumno de una escuela pitagórica debía pasar varios años asistiendo a las lecciones en silencio limitándose a escuchar a los iniciados. Como leemos con interés las historias que nos cuentan los aventureros de este blog que suele destilar sabiduría sin atrevernos a escribir en él como advenedizos que somos algunos. Para comprender algo hay que tomar la historia desde antes de que ocurra, una carrera no empieza cuando suena el disparo de salida, sino mucho antes, aunque es difícil situar a veces cual podría ser el comienzo de la narración de los hechos.

Por tanto comenzaré diciendo, para quien no me conoce, que éste soy yo en dos momentos de mi vida separados por diez años de diferencia:

110 Kg. de fumador empedernido convertido en corredor popular "paquete"
Para más información sobre el personaje e incluso sobre la persona y algunas de las ideas peregrinas que le asaltan podéis visitar el dominio:


Aclarado, en parte, de dónde viene uno. Como no sé hacia dónde voy o como acabará esto, más aún en compañía de la buena gente de CxC, que me han acogido como un miembro (con perdón) más, me sigo situando el momento anterior a la medianoche lusa de la ciudad de Portalegre que abría, con un concierto de un grupo homenaje a Pink Floyd, la cuenta atrás para un ultratrail que iba a ser más burro de lo que yo esperaba. Confieso que me hace mucha ilusión escribir una crónica para el blog de CxC como miembro (c. p.), cuando no hace más que dos años que lo descubrí como lector y quedé atrapado por su "frescura", que espero no mermar, aunque temo que yo carezco de la capacidad para comunicar de mis compañeros de equipo.

Me había levantado a las ocho de la mañana y no había podido echar más siesta que un "descabezado" de unos minutos de duración, no recuerdo si quizá quince, antes de salir de la habitación hacia la linea de salida. Eso me ponía en cajón (nos ponen, cuan rebaño de ovejas cercadas, en un cajón de salida cuando nos controlan el material obligatorio, un recinto del que ya no podemos salir hasta que empieza la carrera) ya somnoliento, con una noche por delante en blanco antes de que, al amanecer, le siguiese un largo día también sin dormir, penando por las montañas.

La banda, benditas sean sus almas pecadoras, había elegido para amenizar el momento canciones especialmente lentas, psicodélicas y oníricas de Pink Floyd, casi "pegajosas", o al menos eso le parecía a mi mente embotada por el sueño. Se me cerraban lo ojillos ya antes de tomar la salida y presentaban el rasgado típico de dos puñaladas dadas con un cuchillo en un tomate. Casi hubiese preferido, mientras escuchaba los lisérgicos acordes setenteros, la nana de Brahms interpretada por una orquesta de cámara.



Lo cierto es que la idea era buena. Haces la espera mucho más amena a las personas en el cajón de salida y consigues que entren antes para poder controlar que todo el mundo lleva manta térmica, comida, un depósito para el agua, teléfono móvil, linterna-frontal y pilas de repuesto. No exigían mucho material, en parte porque la previsión meteorológica era mejor que la del año anterior, en la que hubo un veinte por ciento de retirados y con temperaturas muy frías. En el último momento eliminaron la obligatoriedad de llevar mallas largas, gorro y cortavientos. De todas maneras yo llevaba todo eso y algo más y, aún así, la mochila era más ligera que aquella con la que entreno para prepararme para el Ultra Trail du Mont Blanc, donde nos vamos el equipo CxC dentro tres meses a partir de ahora. Qué nervios.

El concierto era solamente otro más de los detalles de calidad, de los muchos que tenía una prueba muy bien organizada y, atento todo el mundo, por 25€ solamente la inscripción anticipada, precio que incluía avituallamientos estupendos y surtidos, un equipo de voluntarios comprometidos, un recorrido marcado a la perfección (cien kilómetros durante los cuales no perdías de vista las balizas que marcaban el recorrido en ningún momento, ni de día ni de noche), varios regalos incluyendo una camiseta técnica "de verdad", de las que valen 25€, seguimiento de todos los corredores online, gestión de una "bolsa de vida" que te llevaban al kilómetro sesenta para que pudieses ponerte ropa seca y que después de usarla te llevaban a meta, una bonita medalla de artesanía para los terminators (digo, finishers), presencia de sanitarios y ambulancias a la vista, fisioterapeutas en meta, amabilidad y hasta público en algunos puntos...

Típica instantánea de los corredores, delatando su presencia en el bosque con la luz del "frontal"
La carrera arrancaba tranquila por la parte de atrás (con perdón) del pelotón, mi lugar natural en este tipo de eventos. Y así pintaba yo momentos antes de la salida:

Foto realizada por Anne Souplet
Arrancaba pues con pocas ganas, con sueño y con el presagio de una carrera muy dura por delante. A mi favor que me pilaba en un buen momento de forma física y mental. Gracias, en buena parte, por la compañía, a la que hay que atribuir el retrato anterior, que se iría a descansar para tomar la salida de su maratón (cuarenta y dos kilómetros) a las nueve de la mañana en el punto kilométrico cincuenta y ocho de mi carrera, de manera que el final de una carrera se mezclaba con los más rápidos de la más larga, como si saliéramos a perseguirles y los más veloces de los maratonianos igualmente darían alcance a los mediomaratonianos (qué mal suena, como "maratonianos a medias"), formando una larga anaconda de corredores que tapizaba toda la sierra, desde los lebreles más rápidos de la carrera corta, hasta los trotones más diesel que tenían veinticuatro horas para completar su recorrido. 

Yo lo intenté. Llegar a la salida del maratón desde Marvão, PK58, para cazar, como un lobo hambriento, a la corredora francesa antes de las 9:00. Pero fue imposible.

Tomamos la salida quinientos setenta corredores, entre ellos algunos de los mejores de los de nuestro país vecino, porque los equipos suelen mandar una "selección" para tratar de conseguir podio en grupo y, si es posible, alguno individual y, en cualquier caso, a hacer acto de presencia. Un nivel muy alto en general. Viendo las bestias pardas que había en la salida me rondaba por la cabeza la idea que nos asalta tantas veces a los populares diesel a los que nos asoma un michelín por debajo de la mochila: "¿Qué cáspita hago yo aquí?", solo que sustituyendo la palabra "cáspita" por otra más gruesa.

La carrera, aunque no se movía por alturas superiores a mil metros, era un subir y bajar constante, muy rompepiernas, que por algo acumulaba en subidas casi tres mil quinientos metros de desnivel positivo.


Al principio se formaron varios "embotellamientos" al llegar a puntos de paso donde había que pasar de uno en uno y había que tener cuidado para no, y recurro al concepto técnico, esmorrarse. En general la carrera tenía un "coeficiente de esmorramiento" bastante bajo, es decir, que no tenía bajadas muy difíciles y, para compensar, tenía unas subidas por cortafuegos que quitaban el hipo, que elevaba la correlación de "suputamadres por minuto" (otro concepto técnico en trailrunning) a niveles muy altos, casi épicos.

No voy a ahondar en dolores, gemidos y piernas abrasadas desde el interior por los cristales de ácido láctico, en rozaduras que parecen los resultados de haber tenido un accidente ciclista bajando un puerto a toda velocidad en una carrera nudista, ni en uñas negras que caerán después de la carrera...

...como caen las flores de los cerezos azotadas por los vientos de marzo...

Para la próxima os pongo una foto de los pieses con las uñas negras y/o despegadas, para equilibrar tanta belleza.
El lector no lo merece. No tiene que aguantar nuestras quejas porque, al fin y al cabo, nadie nos obliga a hacer estas cosas y sabemos las consecuencias antes de tomar la salida (con perdón).

Del sueño si hablaré.

El sueño es una sensación horrible. Cualquiera que haya empalmado un juernes con una jornada de trabajo en una remota juventud o la semana pasada sabe de qué le estoy hablando. La tortura por privación del sueño era usada en Guantánamo para arrancar confesiones a los detenidos. El dolor puede ignorarse, el cansancio vencerse, la sed y el hambre son fáciles de soportar y combatir, pero el sueño es invencible, es como un golpe en la cabeza con un bate de béisbol. No hay entrenamiento que te prepare, no hay energía que pueda enfrentársele. Todo esfuerzo por vecer el sueño, produce sueño y somnolencia.

El amanecer suele ayudar. La luz del sol produce cambios hormonales en nuestro organismo (se deja de segregar unas hormonas y se producen otras) y la mente se activa. El cansancio no desaparece, pero si un poco la necesidad urgente de cerrar los ojos y dormir. Después de una primaveral noche de mayo sin casi frío, con una luna llena que permitía ver mucho más que la "burbuja" de luz que la linterna crea entorno al corredor en las noches oscuras y que facilitaba mucho la orientación y disfrutando de corretear por caminos y veredas, la luz de nuestra estrella prometía espabilarnos un poco. Por lo menos un rato, y así fue. El alba, el amanecer y el sol, finalmente iluminando hasta el horizonte, se suceden rápidamente y da la impresión de que la noche nunca ha sucedido, que es un recuerdo remoto de hace mucho tiempo.

Kilómetro cuarenta. Estoy agotado. Tengo mucho sueño. Quizá debería echarme a dormir veinte minutos para espabilarme un poco al precio de un leve dolor de cabeza, que suele ser el pago necesario por quitarse la sensación, mucho más desagradable, de que se cierran los ojos cuando tratas de mantenerlos abiertos.

Me siento en una piedra cómoda al final de una subida. Me tomo dos geles (uno de ellos con cafeína), bebo agua, me pongo el mp3 con heavy metal y... oh yeah!, milagro, el sueño se disuelve y bajo corriendo hasta el el siguiente punto de control con death metal al estilo Gotemburgo (los Kalmah) resonando en el alma y lanzando ecos hacia las piernas, que recobran sus fuerzas.

Media carrera, queda menos de lo que llevo. En este momento están tomando la salida los participante en la prueba de Maratón (42 Km.) y yo tardaré dos horas en llegar hasta ese punto. Lástima, pero veré a Anne en la meta.

El resto de la carrera no tendrá el sueño como protagonista. En algunos momentos una cierta somnolencia. Ahora solamente es ir pensando en la siguiente subida, a sufrirla cada vez con más calor y en cada bajada, muchas de las cuales fáciles de correr.

La ciudadela de Marvao se nos presenta en lo alto, inexpugnable a invasores españoles o franceses pero, esperamos, que hoy, en son de paz, podamos conquistarla.

   
Esto no me lo habían hecho nunca. Cuando después de mucho sufrimiento casi estamos llegando a lo alto, donde nos espera ropa seca y un buen avituallamiento... nos bajan otra vez, nos hacen rodear el promontorio, subiendo y bajando, retroceder en el sentido contrario y, finalmente, subir en linea recta y vertical hasta lo alto. De una crueldad y sadismo exquisito y novedoso.

Cambio de calcetines empapados por los varios cursos de agua que hemos tenido que atravesar y de plantillas, para recuperar la sensación de pies secos. Comer, beber, recargar, sentarse diez minutos, estirar los cuádriceps y a por el maratón. Quedan cuarenta y dos kilómetros y calculo que tardaré más de veinte horas en total. Quizá hacia las siete y media de la tarde, aún con buena luz, pueda estar en meta.

Como cien kilómetros son muchos, para leerlos, aunque realmente más para correrlos, resumo los acontecimientos más rutinarios: cuestones, bajadas, avituallamientos, beber, correr, andar, adelantar, ser adelantado, charlar con la gente, darse ánimos unos a otros... Força!. Ya a partir de ahora escuchar "Força" me pondrá los pelos de punta como oir "Courage!" después de correr el Ultra Trail del Mont Blanc en 2012. El mismo cariño, el mismo deseo de animar. Vamos, queda poco, ¡Ánimo!

Encuentro a diez kilómetros de meta a Fali, "el coleta", corredor muy querido y respetado por todo el mundo y que conocí en el Maratón Alpino Jarapalos ya hace un tiempo. Va bastante fundidillo después de una larga lesión (fractura de tobillo) y haber podido entrenar muy poco. Es un fuera de serie y nunca pensé que alcanzase al héroe del "ocho alpino", es decir, de un recorrido de más de quinientos kilómetros en solitario y en autonomía absoluta con más de treinta mil metros de desnivel positivo acumulado y con una climatología hostil en los Alpes uniendo el recorrido de las dos pruebas emblemáticas de la zona: el Ultra del Mont Blanc y el Tor del Giants. Su GPS dice que el recorrido anda más hacia los cuatro mil metros de desnivel positivo acumulado que hacia lo anunciado por la organización. Eso explica en parte nuestros cálculos erróneos sobre la duración prevista del recorrido, yo confiaba hacerla en unas dieciocho horas inicialmente.

Un último punto de control a cinco kilómetros de meta antes de bajar (la madre que los parió) trescientos metros de escaleras y me lanzo a correr, para acabar de una vez, lo que me queda.

A los cien kilómetros entramos en el estadio con la "gracia final" de tener que saltar o reptar una valla...


Siempre que tengo elección prefiero arrastrarme a saltar.
Es menos digno, pero mis rodillas me lo agradecen
Pero para compensar, tras ella estaba esperando Madame Souplet para recibirme con su eterna sonrisa, que hacía mucho había acabado su carrera "cortita" en ocho horas.





Y prueba superada en veinte horas y media. Con un puesto muy aceptable para mi, el trescientos veinticinco, teniendo en cuenta de que iba todo lo mejor de Portugal por delante de mi. Un veinticinco por ciento de retirados nos dicen que el calor, porque no lo he dicho, pero hizo mucho calor, hizo más estragos este año que el frío el pasado. Pensé que el comentario que me habían hecho a cinco kilómetros de meta (boa posição!) era irónico, pero no, un puesto muy bueno para un trotón como yo.

Y yendo a lo importante:

Bacalhau a Bras

¿Por que hacemos estas cosas? Para comer un plato de bacalao y mucho más. Porque si no es para disfrutar, todo esto no tendría sentido.

Nos vemos en la próxima, en Chamonix du Mont Blanc.

Força! Courage!

Por mares nunca d'antes navegados, 
Pasaron ainda alêm da Taprobana 
E entre perigos e guerras esforçados 
Mais do que prometía a força humana 
Entre gente remota edificaram 
Novo reino que tanto sublimaram 
Camoens, Os Lusíadas

domingo, 11 de mayo de 2014

Diálogo sobre los dos sistemas máximos o de la amortiguación y lo minimalístico

"Mucho mayor riesgo se corre en la compra de enseñanzas que en la de alimentos. Porque quien compra comida o bebida al traficante o al comerciante puede transportar esto en otros recipientes y, depositándolo en casa, antes de proceder a comerlo o beberlo, puede llamar a un entendido para pedirle consejo sobre lo que es comestible o potable y lo que no, y en qué cantidad y cuándo. Pero las enseñanzas no se pueden transportar en otro recipiente, sino que, una vez pagado su precio, necesariamente, el que adquiere una enseñanza marcha ya, llevándola en su propia alma, dañado o beneficiado."
Sócrates

MANUWAR: Buenos días, sabio vecino de Atenas, ilustre Sócrates, hijo de Sofronisco. ¿Qué te trae por el Ágora?
SÓCRATES: Hola Manuwar. Voy a la gestoría, que me la cierran y tengo que realizar un trámite urgentemente.
M: ¡Oh!. En ese caso no quisiera entretenerte...
S: Serán solamente cinco minutos, si me quieres esperar. Como estamos en la puerta misma del establecimiento al que me dirigía y ya he asistido al gimnasio a hacer mis ejercicios, esta mañana me encuentro libre de obligaciones y podemos tomar unos vinos, pocos, claro, que en eso sé que compartimos el gusto por el comedimiento.
M: Pues en la puerta te espero a que hagas tus gestiones, que aprovechando que hay cobertura WiFi reviso el correo. En buena hora te he encontrado, que andaba yo meditando sobre cuestiones filosóficas a la manera moderna, no como aquellos los físicos, los sabios que hablaban antaño sobre cual era el principio (generador y regulador) de todas las cosas,... que si el agua o que el fuego o "lo informe".... Me interesa hacer filosofía como se ha puesto en uso en nuestra ciudad gracias a ti en buena parte, para razonar y pensar sobre los problemas de lo público y sobre la conducta de los humanos, sobre la ética...
S: Pues ve mirando tu correo mientras yo termino de resolver esto -adentrándose en el WC público-, ahora vuelvo, y disculpa la premura con que te abandono -gritando mientras se aleja.

- 15 minutos más tarde -

S: ¿En qué puedo ayudarte entonces? Mira que sabes que yo me considero el más ignorante de los hombres sobre cualquier tema salvo, eso si, lo que se refiere a mi propio no saber nada. Solamente eso sé.
M: Pues veras. Por ir directo al grano.
S: Espera, vamos a sentarnos y a pedir algo, que ya funcionan las terrazas. ¡Camarero! ¡Un tinto de verano y...?
M: ¡Una jarra enorme y helada de clara de cerveza sin alcohol con limón!
S: ¡Jodor, cómo estamos!
M: Es que casi acabo de entrenar y estoy en la fase de "volumen", me acabo de calzar sesenta podes, en un par de horas, claro, a un ritmito tranquilo de cinco minutos los veinticinco codos.
S: Buen ritmo es. Todos los ritmos son buenos, claro.
M: Necesito rehidratar después de la sudada ¡Eh, oies, ponte unas almendritas o unas aceitunas, que te estiras menos que un dracma de cobre a fin de mes!

Ágora de Atenas. Fuente: Wikipedia.

S: Bueno, cuéntame.
M: Te cuento. Se trata de lo siguiente. Se ha abierto un amplio debate en el que parece que es importante tomar partido, aunque la mayoría no vemos el por qué, sobre el calzado que es adecuado para correr por montaña. Hay una postura claramente definida, defendida por parte de un sector minoritario pero muy visible que es partidario del llamado "minimalismo".
S: ¿Y en que consiste el minimalismo? Ya sabes que la pregunta fundamental de la Filosofía es ¿Qué es...? (Τι είναι...). El mero hecho de profundizar, de tratar de dar respuesta a qué sea, será asunto de la filosofía. Por el contrario el por qué y el para qué,... ocupación de otros artes cuyo oficio es servir a necesidades más mundanas del ser humano.
M: Es tema delicado. No me convencen todos los argumentos de quienes defienden el minimalismo, pero tampoco me parece que sea mala cosa correr con un calzado mínimo, de vez en cuando y de forma controlada, como método de fortalecimiento muscular y para corregir malos hábitos de pisada.
S: ¿Y cual es el problema? No parece la tuya una postura especialmente radical o controvertida.
M: El problema es el "qué es el minimalismo". Tengo la impresión que, más que otra cosa, es una corriente ideológica y temo que tomando partido por las normas de la FEDME (federación de montaña) que regula y limita el uso del calzado en carreras de montaña a aquel que es "adecuado", se me vea como alguien que está "en contra". Claro. Yo no puedo estar en contra del minimalismo, no me puede parecer mal que cada cual corra como le parezca más oportuno.
S: ¿Pero estás a favor de la regulación de la FEDME?
M: Si.
S: Veamos. A ver si entiendo. No estás en contra del minimalismo, porque te parece bien que cada cual corra como le venga en gana, descalzo o con plataformas de drag queen, incluso te parece buen ejercicio, pero tienes miedo de ofender a personas a las que aprecias expresando tus opiniones con la falta de delicadeza que a veces te caracteriza.
M: Eso es, ya sabes que los filósofos tendemos a abusar de la ironía y a expresarnos con osadía desconcertante para los legos en nuestras materias, poniendo en nuestras opiniones un elemento de soberbia intelectual (algo que valoramos como bueno) y de pasión por la investigación que puede ser confundida con una intransigencia hacia el derecho de otras personas a opinar lo contrario. En realidad no es así. Lo que ocurre es que respetamos tanto a la persona que debate con (no contra) nosotros, la que nos ayuda a pensar, que en el diálogo ponemos en juego nuestro punto de vista al desnudo, dispuestos a aceptar ser rebatidos y contradichos, frente al cobarde truco dialéctico de hoy en día que consiste en expresar los puntos de vista propios como "una opinión", "la de cada uno", o incluso como "mi verdad", dejando espacio a una "verdad ajena" que no debe afectar a lo que yo pueda creer, como si ello fuese posible. Al final quien dice "yo tengo mi verdad y tu la tuya", no respeta lo suficiente a la persona con la que dialoga y deja claro de antemano que ningún argumento que se ponga en juego por parte de "el adversario" va a convencerle, es decir, que no está dispuesto a priori a cambiar de opinión, a escuchar y tratar de entender las razones y argumentaciones ajenas, porque, al fin y al cabo, "cada uno tiene su verdad".
S: Si, nos ocurre con frecuencia. Es por eso que a menudo para profundizar en un tema tenemos que empezar por despedazarlo con un ejercicio de ironía, mayeútica,... llámalo como quieras...
M: Método socrático.
S: Suena bien. Me lo apunto.
M: Pues ese es mi dilema. No sé como expresar mis puntos de vista.
S: Se me ocurre una idea. Hay un phisiko, un filósofo natural, llamado Galileo Galilei que tenía un problema más serio que el tuyo. Sus ideas sobre como funcionaba el mundo, el heliocentrismo, habían mandado a la hoguera hacía poco a otro filósofo, Guiodano Bruno, que fue quemado vivo y públicamente por la Iglesia Católica, en Roma, en el Campo dei Fiori el 17 de febrero de 1600. Galileo también defendía la idea de que la Tierra daba vueltas alrededor del Sol, pero no le apetecía convertirse en un churrasco humano para regocijo de los fanáticos religiosos de entonces, que también son los de ahora, por cierto. Escribió, para evitar problemas, sus opiniones como un diálogo sobre "los dos sistemas" en los que dos personajes discutían educadamente sus puntos de vista, con lo cual, en cualquier caso, quedaban los suyos reflejados por escrito, pero en boca de un personaje de ficción.

Estatua de Guiodano Bruno en el lugar de su tortura y asesinato 
M: Me parece una buena solución. ¿Funcionó?
S: No del todo, pero no le quemaron.
M: Algo es algo. Voy corriendo al editor de blogger a quemarme las pestañas escribiendo esa entrada. Pero antes, un último favor si quieres hacérmelo, quizá podrías ayudarme aún más explorando conmigo los argumentos que podría dar una persona que defendiese la opción minimalista en un semejante diálogo.
S: Para mi sería un placer sin duda. De nada disfruto más que de expresar puntos de vista alternativos que permitan, a través de la conversación, visualizar y explorar los caminos de la razón. Contemplar un problema desde el punto de vista lo más amplio posible.
M: Empecemos pues diciendo, aunque ya que ha quedado claro en el preámbulo, que como ejercicio me parece que es adecuado, no tengo nada en contra.
S: Efectivamente es otra manera de fortalecer la musculatura del pie y de lo que está alrededor del  pié. La gente que emplea zapatillas amortiguadas suele hacer ejercicios complementarios "de tobillos" que no necesitaría si fuese minimalista. Quizá has visto en el parque a gente andando de puntillas, con los talones, dando saltitos chorras, a la pata coja, subiendo las rodillas rápidamente sin avanzar... corriendo descalzo o con un calzado mínimo te obligas a usar el pié de la manera que ha sido diseñado y empleas toda la musculatura que, cuando corres "taloneando" sobre un colchón de amortiguación, relajas para que el impacto lo absorba el calzado. Esta forma "antinatural" de correr acabará provocando lesiones. Hay estudios que lo demuestran.
M: Me alegra que lo plantees en esos términos. Por supuesto, como ya he dicho, creo que es un ejercicio que fortalece la musculatura del pié, por tanto, si se hace en una cantidad e intensidad que nuestra musculatura pueda asimilar, no le veo inconveniente. Solamente puntualizaría que habría que hablar de diseño solamente en un sentido metafórico, salvo que en nuestra visión del mundo introduzcamos un "diseñador" y pasemos al terreno teológico. En ese caso hablaríamos de "Naturaleza", con mayúsculas, o directamente, de Dios. No creo que pueda ser posible el debate porque, entonces, más que otra cosa, correr con un calzado amortiguado sería casi equiparable a un acto moralmente pecaminoso.
S: No, no, yo personalmente hablo de diseño en un sentido metafórico, en el diseño "proporcionado" por los mecanismos de azar y necesidad, a través de los ciegos cauces evolutivos de la mutación y la selección natural, que también se le puede llamar a este mecanismo "muerte".
M: En tal caso "antinatural", al hablar de correr con calzado convencional, lo empleas también en sentido metafórico
S: Por supuesto.
M: ¿Y hay estudios que no demuestren la tesis de que corriendo descalzo se producen más lesiones?
S: Más y mejores que los que dicen que si.
M: Bueno, en cualquier caso, es irrelevante. Seguramente sea muy difícil hacer un estudio serio sobre algo tan multifactorial como son las lesiones en los deportistas. Habría que tener una población de estudio muy amplia y a lo largo de mucho tiempo, controlando muchos factores, para obtener, no datos concluyentes, sino siquiera indicios serios.
S: Habrá quien no esté de acuerdo con eso.
M: En aras de la convivencia estoy dispuesto a admitir que quizá sea verdad que correr descalzo disminuye el índice de lesiones, aunque no haya estudios concluyentes al respecto de mejor calidad que los que concluyen que no, que no disminuye. Pero, realmente es irrelevante para el tema sobre el material obligatorio en las carreras de montaña y que eso incluya un tipo de calzado.
S: ¿Por qué es irrelevante?
M: Porque sea bueno o malo correr con calzado amortiguado, lo que está en debate es si se puede prohibir a alguien correr una carrera sin el material y como valorar qué material cumple con lo que se exige.
S: ¿Por qué hay material obligatorio en las carreras?
M: Ese es un punto importante. En principio parece que es por seguridad, pero también para que no tengan unos corredores ventajas sobre otros, teniendo que portar unos encima entre dos y cinco kilos y otros, que confían en que se lo proporcione todo lo necesario su equipo en los avituallamientos, corra sin lastrar, poniéndose en riesgo incluso.
Huaraches rarámuris. Algunos derechos reservados por Tomas.Quinones
S: ¿Se corre más rápido descalzo o con unas chanclas como las que llevan los corredores tarahumaras, el huarache rarámuri?
M: A día de hoy parece que no. Hay corredores rápidos que van descalzos, y los mejores corredores no llevan habitualmente calzado muy pesado, pero no parece que aporte una ventaja estratégica, más bien al contrario, suele requerir bastante entrenamiento obtener los mismos resultados que se obtienen corriendo con zapatillas ortodoxas cuando se empieza con el minimalismo.
S: ¿Y realmente es menos seguro correr sin un calzado cerrado?
M: Dependerá del corredor. Sería como preguntar si es peligroso correr sin camiseta. Los corredores que yo conozco tienen el sentido común y la prudencia necesaria para correr dónde y cómo saben que pueden hacerlo. Ellos no irían más inseguros en una carrera que eligiesen correr con guaraches o descalzos.
S: ¿Cual es el material obligatorio habitual en las carreras de referencia a nivel internacional?
M: Hay una serie de elementos de seguridad que aparecen en los listados de material
en las carreras. Dependiendo de la carrera, de la fecha y de la situación climatológica prevista, el material puede ser uno u otro. También puede haber material recomendado no obligatorio. Por ejemplo, para el UTMB el material obligatorio es el siguiente:
  • Teléfono móvil con opción Roaming activa. Grabar el numero de emergencias de la organización en los contactos. No ocultar el numero. Mantener el telefono encendido y cargar la bateria. 
  • Vaso de al menos15cl. (excluidos los bidones) 
  • Contenedor para reserva de agua de 1 litro mínimo. 
  • 2 Linternas frontales en buen estado de funcionamiento con pilas de recambio para cada una. 
  • Manta de supervivencia de 1,40 x 2m mínimo. 
  • Silbato 
  • Venda elástica adhesiva que permite hacer una cura o un taping (mini 100cm x 6 cm.) 
  • Reserva alimentaria 
  • Chaqueta con capucha que permita soportar el mal tiempo en montaña y fabricada con una membrana (Gore-Tex o similar) impermeable (mínimo aconsejado 10 000 Schmerber) y transpirable (RET aconsejado inferior a 13) 
  • Pantalones o mallas largas, o combinación de un pirata con calcetines altos de manera que cubran totalmente las piernas. 
  • Gorra o bandana 
  • Segunda capa térmica adicional: una segunda capa térmica de manga larga (algodón excluido) de un peso mínimo de 180 grs. (hombre, talla M)
  • O la combinación de una capa interior térmica de manga larga (primera o segunda capa, algodón excluido) de un peso mínimo de 110grs (hombre, talla M) y una chaqueta cortaviento* con protección deperlante resistente (protección DWR). 
  • Gorro 
  • Guantes calientes e impermeables. 
  • Sobre-pantalón impermeable
S: Me llama la atención varias cosas de esta lista.
M: Dime.
S: Es material que parece pensado para que una persona resista un frío intenso si se retira de carrera y necesita estar a la intemperie durante bastante tiempo hasta su evacuación.
M: Si, se trata de eso. Es un riesgo que existe y que puede acabar en tragedia.
S: No dice nada del calzado.
M: Especulo que, hasta ahora, no se les ha ocurrido que alguien quiera correr el Ultra Trail del Mont Blanc sin llevar una buena protección en los pies para el frío que seguro que van a encontrar, o que piense que sus pies resistirán 168 kilómetros descalzos o casi. Lo cierto es que los corredores como yo tardamos casi el doble en recorrer la vuelta al Mont Blanc que los que ganan y, claro, para ir en semiautonomía casi dos días, en un entorno hostil y garantizar la seguridad de dos mil personas, hay que exigir un material mínimo obligatorio. Lo cierto es que a mi, el sobrepantalón impermeable, seguramente me sea innecesario a temperaturas por encima de -20º C, pero al participar en una carrera de estas características acepto todo el reglamento.
S: ¿Y crees que los corredores minimalistas que quieren correr descalzos o con calzado no cerrado están en la misma situación?
M: No. Bueno, en un sentido si, en otro sentido no. Lo que dice la normativa FEDME es que para participar en la prueba cada deportista deberá llevar consigo el material siguiente: calzado y vestimenta adecuados para la práctica de carreras por montaña. Me parece bien que exista material obligatorio aunque entiendo que es arbitrario decidir qué chaqueta si y que chaqueta no, que calzado protege y que calzado no sirve.
S: Hay una frontera difusa.
M: Obviamente, si se regula material obligatorio, debe ser el mismo para todos los corredores, no puede ser que yo deba llevar un determinado material y que otra persona tenga otras reglas. Si como impermeable emplea una bolsa de plástico del supermercado anudada al cinturón, tenemos un problema con el concepto de "chaqueta impermeable"
S: La definición de la naturaleza de un objeto fruto de la tecnología se la proporciona el uso al que se destina. Una mochila es una bolsa que se puede colgar de la espalda. Su uso le da su ser. La silla es un objeto que sirve para sentarse. Una silla en la que no es posible sentarse no es una silla.
M: Qué aristotélico.
S: ¿Cómo?
M: De Aristóteles
S: No me suena.
M: Pues a Galileo bien que le conoces.
S: Claro, Galileo es un fiel discípulo de Platón y Pitágoras. Un idealista matemático.
M: Pero es verdad, una zapatilla cerrada puede ser una chancla con un calcetín cosido que le cubre el empeine. La función crea el instrumento y le proporciona su esencia.
S: ¿Y sería eso especialmente inseguro? Quiero decir, el que los corredores que quisiesen corriesen con el calzado o descalzaos incluso según prefieran en cada caso.
M: No, para la mayoría de las carreras, para corredores acostumbrados a usar los pinreles de esa manera, no habría una merma mensurable en la seguridad.
S: ¿Entonces?
M: Es como una vacuna. Una vacuna no asegura a una persona que no vaya a sufrir una enfermedad concreta, aunque disminuye la posibilidad de que eso ocurra. Tampoco quiere decir que una persona no vacunada vaya a padecerla, aunque aumenta las posibilidades de morbilidad o "pachuchez". Las vacunas se dirigen a poblaciones. En una población vacunada las personas padecen menos enfermedades y viven más años y en mejores condiciones. Con el tiempo la enfermedad se erradica. Es una situación estadísticamente análoga a las normas que obligan a los coches a disponer de medios de seguridad activos y pasivos y a pasar una inspección técnica cada poco tiempo. Eso no aumenta o disminuye la seguridad de forma significativa sobre un coche en concreto, que va a depender más del sentido común y la prudencia de su conductor, pero como medida global, funciona y mejora la seguridad para todo el mundo. Disminuyen los accidentes.
S: ¿Y cual sería la analogía con el material obligatorio?
M: Ninguno de los elementos concretos del material obligatorio es imprescindible para todo el mundo seguramente, ni tan siquiera la reserva de agua, pero es un conjunto de objetos que, si los lleva todo el mundo, hacen que las posibilidades de tragedia sean asumibles por la organización, que actuaría, como le exige la ley, con la máxima diligencia posible para no incurrir en una negligencia. Una que tenga como consecuencia un daño a una persona.
S: Por supuesto podría darse el caso de que alguien sin experiencia en el uso de calzado minimalista se lesionase o se dañase, perdiese algún dedo por congelación o acabase necesitando una four fingers o incluso una three después de intentar partir un piedra dándole una patada con el dedo pulgar. Podría acusar a la organización de no haber establecido como material obligatorio un calzado adecuado.

Clásicas five fingers
M: Es poco probable que eso ocurra. Es más típico de los tribunales anglosajones, donde no es raro el poner una denuncia de ese tipo. Aquí un juicio civil por negligencia trataría de determinar, primero, si ha habido daño (si no hay daño, no hay delito) y después si ese daño es consecuencia de una negligencia, si hay una relación de causalidad entre lo ocurrido y una acción u omisión de la organización. Si, por ejemplo, las condiciones climáticas ponen en peligro a los participantes y no se hace nada para prevenir ese peligro, cualquier daño sufrido por un corredor como consecuencia de la falta de previsión si sería un delito, aunque no doloso, es decir, un delito penal, sino uno recogido en el código civil... salvo que la organización pusiese en riesgo a alguien con intención de que sucediese un accidente.
S: En alguna carrera lo parece.
M: Si, yo también he corrido esa en la que estás pensando.
S: Corramos un tupido velo
M: No creo que haya ningún peligro de incurrir en negligencia por un elemento concreto como es el calzado en muchas competiciones, pero me parece correcto que en una carrera de montaña se establezca un material mínimo obligatorio acorde a la época y recorrido de la carrera. En aquelas en las que es necesario llevar chaqueta impermeable y pantalón largo, parece coherente el uso de calzado cerrado.
S: Pero el concepto de "calzado cerrado" es ambiguo.
M: Y el de camiseta.
S: Explícame eso
M: Llevar una camiseta, salvo que establezcas los gramos que debe pesar, puede significar llevar una de talla infantil en la mochila, junto a un impermeable de esos que son de un plástico muy finito no transpirable de unos treinta gramos, y que se usan para retener el calor antes de tomar la salida después de calentar y que, en las carreras populares sobre asfalto, la gente arroja al suelo en la salida.
S: Siempre puede haber picaresca.
M: Un material que a una persona le supone cuatro kilos, a otra, ateniéndose a la letra escrita de la norma, podría representarle 500 gr., aunque no cumpliría la función por la que se establece el material obligatorio. Si todo el mundo hiciese eso, no tendría sentido que existiese ningún material obligado a ser portado.
S: ¿Y por qué no? ¿Por qué no eliminar el material obligatorio?
M: Es una opción. Cada persona sería responsable de llevar su material, pero se daría una ventaja a las personas menos prudentes, que irían más ligeras. También a la gente que tuviese un equipo profesional detrás, que pudiese prestar más apoyo en los avituallamientos. Una forma de equilibrar la competición es establecer unos mismos contenidos mínimos para todo el mundo. Por supuesto, es probable que si se elimina el material obligatorio acabara habiendo algún desastre que podría haberse evitado en caso de haber establecido ese material. A continuación los medios de comunicación más amarillistas (la mayoría) se echarían encima de "la nueva moda" y, al final, todos los aficionados saldríamos perjudicados.
S: Parece que las organizaciones hacen bien en establecer material obligatorio, aunque no haya un consenso sobre cual deba ser o si el calzado es uno de los elementos que se debe regular.
M: Puede ser Sócrates, en cualquier caso ya tengo las ideas necesarias para el diálogo que quiero escribir. Supongo que se podría profundizar más, pero con las ideas que han surgido, sería suficiente para poder aportar algunas de las sugerencias que creo que son importantes de debatir, como por ejemplo establecer un peso mínimo obligatorio, de dos kilos y medio, para las pruebas de ultratrail, sin contar comida y bebida pero si los recipientes.
S: Los filósofos del lenguaje sois más raros que un corcho.
M: Los de filosofía política sois peores.
S: ¿Otra ronda?
M: De gintonics, por supuesto.
S: ¡Camarerooo!
...


jueves, 8 de mayo de 2014

Silencio

"Yo soy contento de esperar que ría el alba, aunque yo llore lo que ella tardare en venir." 
Don Quijote, Miguel de Cervantes.
Somos cautivos de nuestras palabras, de las que lanzamos al aire y, mucho más, de aquellas con las que emborronamos un papel. Incluso un papel virtual que luego se ve a través de la pantalla de un ordenador.

Las palabras rompen el silencio. El silencio de la noche en la montaña, por ejemplo. Desde luego una palabra amable, un saludo de apoyo, una conversación con un amigo o amiga de toda la vida, aunque a esa persona la hayas conocido hace treinta kilómetros y algunas horas. Una palabra así, cuando destroza el silencio frío es bienvenida. Aunque el silencio sea también bello y necesario. Calienta en el frío, da sentido al mundo, alivia el alma.

TBA 2014, cortesía de Rafa
Últimamente estoy silencioso. Escribo menos. Pero nada ocurre por una sola causa. Van convergiendo diversos factores que hacen que aporree menos las teclas del ordenador. Pensando en los motivos, son varios.

Por un lado no he corrido ninguna carrera hace varias semanas, por lo que no he sentido la insana obligación de castigar a nadie contándole como he ido apoyando un pie tras otro. Lo cierto es que, a veces, hay poco que contar. No todas las carreras dan, por si mismas, material para una crónica. Por otro lado, casi siempre es una urgencia de divulgación filosófica lo que me motiva a relatar, con la vil excusa de haberme puesto un dorsal, los últimos acontecimientos deportivos de mi vida.

Sobre los últimos acontecimientos personales no-deportivos de mi vida, que tienden a trasparentarse, aunque no a mostrarse explícitos en este blog y que son un motor más poderoso que las excusas filosóficas propuestas, afortunadamente, vivo tiempos poco convulsos. Quizá eso proporciona mucho menos proyectiles que disparar a esa ametralladora que son las ciento cinco teclas del teclado qwerty, pero sin duda me dejan dormir mucho mejor por las noches, algo mucho más importante y, lo que para mi ha sido un descubrimiento, pasar los fines de semana y los días libres de manera que sean un motor y no una carga para el resto del tiempo que malvivimos entre horarios impuestos por la necesidad de cobrar un sueldo a final de mes. También relacionado con el tiempo dedicado a actividades laborales, ya se va acercando el momento del año con mayor actividad en mis obligaciones. Afortunadamente también.

Podría hablar, quizá lo haga más adelante, de como he subido la carga de entrenamiento y he iniciado la dieta come-todo-lo-que-pilles-no-importa-si-está-vivo. De la fuerza que siento cuando salgo a correr, de como me han bajado las pulsaciones en reposo y desaparecido las molestias de tobillos y rodillas gracias a los ejercicios de propiocepción y a las sentadillas con la espalda apoyada en la pared. Son sensaciones estupendas, como otras muchas que siento, pero, como le ocurre al periodismo y a la historiografía, los buenos tiempos, las buenas noticias, se cuentan más rápido y dan menos juego. Casi todas las mejores canciones son lamentos desgarrados que hablan del dolor y la tristeza, del amor imposible y de la pérdida.


En una semana, eso si, tengo que correr el Ultra Trail Serra da Sao Mamede. Una carrera que no conozco, pero que el mero hecho de que proporciones tres puntos para calificarse en la prueba reina, el Ultra Trail del Mont Blanc, ya indica que no será un paseo y que, quizá, las veinticuatro horas que da la organización para finalizarlo no proporcionen tantísimo margen teniendo en cuenta el desnivel positivo acumulado a subir.

Habrá que romper el silencio hablando de él. La semana que viene.

El silencio es, además, una parte importantísima de la música. Su presencia y su ausencia. Los silencios se escuchan y forman parte del desarrollo armónico de una melodía. Casi como lo que no se dice, lo que no se puede decir, en la filosofía de Wittgenstein.

"Lo inefable (aquello que me parece misterioso y que no me atrevo a expresar) proporciona quizá el trasfondo sobre el cual adquiere significado lo que yo pudiera expresar."
Ludwig Wittgenstein