martes, 16 de agosto de 2016

PT281+ (Todas las cosas tienen un comienzo)

"Si existe la magia en pelear batallas más allá de los que uno resiste, es la magia de arriesgar todo por un sueño, que nadie más que tú puede ver". 
Morgan Freeman (Million dollar baby) 
Todo comenzó en algún momento. Todo tiene un inicio.
Me encuentro siguiendo a Aristóteles, quizá a Tomás de Aquino, cuando se remonta en el pasado como un salmón por la corriente de un río a través de las "causas de las causas" persiguiendo hacia atrás, hacia el origen de todo, hacia el nacimiento, el primer motor (en minúsculas) de algo, aunque quizá en lo humano la única causa que de verdad importa es la causa final, aquello hacia lo que nos dirigimos y que nos sirve de motivación... desde un futuro imaginado. La pregunta que trata de explicar las acciones humanas no es el "porqué", sino el "para qué".

Todo tuvo un comienzo, un inicio, un nacimiento. La idea de un tiempo infinito extendido hacia atrás repugna al intelecto para un aristotélico.
Y ningún infinito tiene ser; o, si no, la infinitud no es infinita. Por lo demás, aunque fuesen infinitas en número las especies de las causas, tampoco así sería posible conocer, pues sólo creemos saber cuando hemos llegado a conocer las causas; pero lo infinito por adición no es posible recorrerlo en tiempo finito.
Aristóteles, Metafísica α, II
Un plan después de la idea. Unos primeros pasos después del plan inicial. Tengo que aceptar que en lo que se refiere a las ideas y a los planes, a las decisiones sobre el futuro, hay un inicio. Aunque haya causas eficientes y materiales anteriores que llevan al momento de la elección. Tengo que creer que interviene la libertad humana y que esa libertad es un suceso que mueve el universo en una dirección u otra en un momento dado.

Pero la causa final,  aquello a lo que nos dirigimos y ya casi tenemos a la vista, es un nuevo desafío ¿Es que nunca se acaba esto? ¿Siempre habrá por delante un inmenso obstáculo al que enfrentarse casi sin esperanza de superarlo? ¿Una carrera más larga y más rápida que todo lo que antes hemos hecho? Quizá no. Habrá un día, una carrera, que será el límite aunque solamente sea porque somos mortales y un "sistema operativo degenerativo" (¡Anda, Juan, mira! ¡Como Windows!). Vamos a por 282 kilómetros en 66 horas. Nos queda muy poco para enfrentarnos a esa carrera que no nos cabe en la cabeza y, seguramente, tampoco en las piernas..., aunque iremos hasta nuestro límite para comprobarlo.

Ha habido un largo proceso de preparación antes de dar la batalla más allá de lo que uno es capaz de resistir, de intentarlo solamente porque se tiene la fantasía de poder hacerlo, de tratar de demostrarnos a nosotros mismos ser capaces de conseguirlo, aunque seguramente no aceptaríamos apuestas en contra.

The Loneliness of the Long Distance Runner (1962)
Han quedado atrás algunos madrugones, entrenamientos al sol de mediodía de la capital, algunos kilos, no pocos, de grasa abdominal. Ha quedado atrás el frío y la lluvia y delante de nosotros solamente quedan...

...kilómetros, muchos malditos demasiados kilómetros.

En las cosas humanas hay una marea que si se toma a tiempo conduce a la fortuna; para quien la deja pasar, el viaje de la vida se pierde en bajíos y desdichas.
Shakespeare, Julio César 3º, III