jueves, 31 de julio de 2014

¿Vacaciones?


Por supuesto, y aunque hay quien lo crea, no cuento toda mi vida por Facebook o a través de mi blog. Expongo, solamente, aquello que quiero mostrar.

Noto cierta paranoia alrededor de los conceptos de "intimidad" y "privacidad" que no estoy seguro de hasta qué punto está justificada o si, como en la metáfora, estamos mirando a la punta del dedo que señala en vez de la dirección hacia la que deberíamos dirigir la mirada. A mi me resulta obvio que se han normalizado ciertas conductas de exceso de celo que hace pocos años eran exclusivas (precisamente) de los personajes de las revistas que querían proteger su intimidad sobre todo de cara a venderla al mejor postor, que siempre pagaría más por imágenes, eso, "exclusivas". De ahí a circular por aeropuertos con grandes gafas de sol que tapasen media cara y que, al poco, se considerase ello rápidamente por nosotros la plebe como un signo de riqueza y distinción, las lunas tintadas en los coches (también hizo mucho daño "el coche fantástico" a una generación entera de macarras del volante) y otros elementos semejantes se han incorporado a la vida cotidiana de quienes estamos al final de la cadena de las modas. Los famosos lo hacen, nosotros les imitamos, o seguimos a quienes les imitan o a los que imitan a los que les imitan. Las modas son así, se nos imponen sin entender muy bien desde donde nos vienen.

También hay quien no se sabe manejar con un mínimo de soltura en las redes sociales y que despotrica contra cualquier cambio tecnológico en el cual no consiga establecer las relaciones de poder o el éxito que posee fuera de ese contexto. Les reconoceréis por un tono de desprecio hacia la tecnología, un desdén hacia quien la emplea, un constante censurar lo que otros hacen simplemente porque no saben o no se atreven... como cuando escuchamos censuras, críticas y desprecios contra la actividad de correr. Gente que con suficiencia y alegando celo de su intimidad no tiene cuentas en las redes sociales, por ejemplo, pero que lejos de justificar con un "no sé" o un "me da pereza ponerme a ello porque no lo conozco", trata al resto con una superioridad moral que no viene a cuento. Si no tienes cuenta en Facebook, bien, no pasa nada, salvo si te crees que eso te hace mejor que quien la tiene y la usa.

La cuestión es que parece que hablar de los planes para las vacaciones es algo que hay que mantener en secreto y, personalmente, no creo que eso sea conservar la intimidad. Por lo que yo conservo la intimidad es por lo que no cuento y no digo, por lo que cayo y por lo que no llego a decir y que, si dijese, sería indiscreto. Lo que muestro es lo que me da la gana de enseñar, como con la ropa que me pongo o dejo de poner según y donde.

Son planes salpicados de deporte y carreras por todas partes porque la carrera de los días 29 a 31 de agosto me condicionan la preparación previa para ella y el desplazamiento hasta los Alpes para participar en el Ultra Trail del Mont Blanc.


Pero vamos a empezar calzándonos, los compañeros de Corriendo por el Campo , Quique, Luis, Jorge y Ramón, con la inestimable compañía de Marian y otros amigos que nos acompañarán un tramo, unos 110 kilómetros con más de 5.500 metros de desnivel positivo acumulado (más bajadas) por la sierra de Guadarrama.

La semana siguiente espero contároslo, que estaré "acochinado" en El Escorial dándole el último impulso al entrenamiento para la gran cita y tendré tiempo para escribir.

No se pueden empezar (creo) mejor unas vacaciones que reventando a subir cuestas hasta olvidarse en qué empresa trabajas antes de que haya pasado un día desde que te alejaste de la oficina.

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