"[...]aquellos días de la agonía del espíritu, aquellos días terribles del vacío interior y de la desesperanza, en los cuales, en medio de la tierra destruida y esquilmada por las sociedades anónimas, nos salen al paso, con sus muecas como un vomitivo, la humanidad y la llamada cultura con su fementido brillo de feria, ordinario y de hojalata, concentrado todo y llevado al colmo de lo insoportable dentro del propio yo enfermo; el que haya gustado aquellos días infernales, ése ha de estar muy contento con estos días normales y mediocres como el de hoy;"
El lobo estepario, Hermann Hesse
Hay momentos en la vida de un humano en la que los acontecimientos y las emociones que se generan, en la que el día el día a día, se parece a los niveles hormonales de una persona ciclotímica, un perfil de acontecimientos y de pasiones como el de una prueba alpina de esas con forma de dientes afilados de bestia carnívora, de subida y de bajada constante, como las almenas de una muralla árabe con sus características y puntiagudas pirámides que amenazaban a quien quisiese pasar sobre ellas. Un perfil así:
En otros momentos de la existencia se transita por valles redondeados, por una orografía suavizada por los eones como unas viejas cordilleras desgastadas cuyos cerros se suben y se bajan sin ningún desnivel abrupto, sin ningún pico ni cresta que obligue a poner las manos sobre la roca y avanzar con las cuatro extremidades y echando de menos una quinta o, en caso de haberla (según cómo y qué contemos como "extremidad"), que ésta tenga una capacidad prensil.
Fotografías cortesía de Shinichi Sasaki
El placer de ir cuesta abajo. Indescriptible. |
Para Wittgenstein la comunicación se basa en un conglomerado de juegos, de juegos lingüísticos, cada uno de ellos con sus propias reglas. Hay que entender juego en un sentido no necesariamente lúdico, sino como un conjunto de reglas que se comparten en una comunidad de hablantes. La clave es esa, que no existen ni pueden existir los lenguajes privados. El lenguaje es una red de conceptos interdefinidos, intersignificados, una red sobre la que se camina, sobre la que se desarrollan juegos con reglas explícitas e implícitas.
Un deporte, por otro lado es un conjunto de reglas que se comparten con una comunidad. Es algo parecido a un lenguaje. Quizá incluso cada deporte, teniendo en cuenta las reglas explícitas e implícitas de cada uno, sea un lenguaje en el sentido en el que Wittgenstein se refiere a ellos en ocasiones.
La vida y el lenguaje no están formados por juegos de reglas explícitas, hay que tratar de entenderlas, organizarlarlas y clasificarlas según "cierto parecido de familia". |
El camino para perderse a uno mismo, para hacerse un ser mezquino y miserable empieza por creer que las reglas que se aplican a uno mismo son distintas que las reglas que sirven para los demás. El engaño y la manipulación son el mal. Sea tomando pócimas mágicas o "corriendo" un ultratrail en coche.
Esto es así aquí y en Andorra.
“A los verdaderos hombres no les pertenece nada. El tiempo y el dinero pertenece a los mediocres y superficiales.”Hermann Hesse
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