miércoles, 1 de junio de 2016

La sospecha

Los buenos son los que se contentan con soñar aquello que los malos hacen realidad
Sigmund Freud
El Estado es un órgano de dominación de clases, un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del orden que legaliza y afianza esta opresión, amortiguando la lucha de clases
Karl Marx
Bien lo sabes: ese demonio cobarde que llevas dentro a quien complace juntar las manos y cruzar los brazos, y sentirse más cómodo — ese demonio cobarde te dice: ¡Existe un Dios!
Friedrich Wilhelm Nietzsche
Hay una serie de filósofos poco ortodoxos en el siglo XIX que son conocidos como "los filósofos de la sospecha".

Son gente que tiene la impresión de que hay algo escondido detrás de todo, de que las cosas no son como parecen, que hay que mirar detrás de los decorados para entender qué son realmente, que "algo huele a podrido en Dinamarca", que la explicación de lo que vemos está en un lugar donde hasta este momento no hemos pensado. Actualizan el mito de la Caverna de Platón, en el que la gente habitaba el fondo de una cueva donde solamente veían sombras de estatuas y pensaban que el mundo se reducía a esa interpretación simple de lo que estaban viendo.

Los tres maestros de la sospecha que arrojan su atenta mirada sobre el ser humano tienen filosofías, sistemas de pensamiento, por otro lado, bastante incompatibles entre si salvo ejerciendo una gran violencia sobre sus premisas y métodos. Son, ni más ni menos, que Marx, Nietzsche y Freud.

En un caso, la sospecha es que, detrás de toda la realidad, de toda la dinámica social, está el intercambio de mercancías, la economía sería el sustrato de todo lo demás, en otro caso, que detrás de toda conducta humana hay un motor subconsciente, una parte de nosotros mismos a la que no tenemos acceso. El loco discípulo de Schopenhauer, quizá el más sospechoso pero más oscuro, pretende liberar toda la potencialidad atrapada en el ser humano superando la moral tradicional que le pone límites. Anticipa la pérdida de valores y creencias que van a llevar a la construcción de la propia ausencia como un mal de la sociedad, el Nihilismo.

En cualquier caso echan una mirada suspicaz a la realidad. Un "esto no es lo que parece". Una profunda desconfianza hacia el mundo en el que viven.


Sospechosos habituales
Y esa es una de las grande cosas que tiene la filosofía contemporánea. A lo mejor los grandes sistemas como los de Aristóteles, Kant o Hegel han perdido poder explicativo, pero la sistemática sospecha y el cuestionarse si realmente todo es lo que parece, es algo que goza aún de gran poder a la hora de tratar de disipar las nieblas de las apariencias que envuelven las cosas del mundo.

Y no puedo evitar arrojar la sospecha, de hecho sobre todo. Sobre correr también. La sospecha sobre qué es vanidad en el mundo de las carreras, que es un impulso subconsciente y qué un interés económico que nos empuja en una dirección.

Quizá uno de los frutos de la filosofía de la sospecha es la mercadotecnia. El marketing, por ejemplo, como instrumento bebe de la realidad de la macro y microeconomía, del análisis de las pulsiones y deseos subconscientes de la gente que corre y que basa su poder en la construcción constante de unos valores nuevos que quizá están erigidos sobre el vacío, sobre la nada, que ha dejado la "muerte de Dios".

Un ejemplo para reflexionar. Cuando una empresa busca soslayar la ley que le prohíbe anunciar sus productos a los corredores. Supongamos que una bebida alcohólica destilada de cebada malteada. Debo sospechar si crean una fundación que investiga y publica estudios (metodológicamente poco fiables) sobre los beneficios de la bebida, incluso para deportistas. Estudios patrocinados y que chocan frontalmente con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Si los medios de comunicación a los que compran espacio publicitario sacan como noticia sus conclusiones sesgadas. Como noticia con un titular que dice algo así como "esto es estupendo para los deportistas según la cienca". Si esa sociedad "científica" fomenta y financia un movimiento de deportistas populares que abogan por el consumo, entre risas y bromas, "responsable" de los productos que comercializa quien paga los sueldos del patronato de la fundación.

Pero todo esto es para recomendaros que echéis un vistazo, en el siguiente vídeo, fuera de la Caverna, para que desarrolléis algunas sospechas nuevas, si no las teníais sobre algo profundamente podrido que hay en Occidente. Creo que hoy en día uno de los ámbitos donde deberíamos trabajar más la sospecha, donde deberíamos empezar a lanzar una mirada de absoluta desconfianza para librarnos de muchas cosas que creemos saber. La alimentación.



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